Hoy se celebra el Día del Trabajo Social 2019. Pero yo estoy sin ganas de celebrar. De hecho tengo una mezcla de sentimientos y emociones nada agradables que no son fáciles de gestionar. Hasta el punto que lo único que me surge es soltar mierda por la boca. En definitiva, que lo único que me apetece en este día, realmente, es hablar desde las vísceras. Y he decidido que lo voy a hacer.
Estoy en modo pataleta
No voy a andarme con rodeos. Estoy en modo pataleta. Sí, como la de los niños. Concretamente como ese momento en que «se enfada y no respira» porque siente que no le están escuchando. En definitiva, porque no le hacen caso.
Esto es lo que siento hoy. Mezclado con bastante desencanto, un poco de pena y una pizca de indignación. Todo causado por una desmotivación y un desgaste, por supuesto. Y aderezado con un punto de rabia, tampoco voy a negarlo.
Este cocktail emocional es el punto de partida desde el que escribo el post de hoy. Un artículo que debería ser de celebración y buen rollo, ya que hoy es el Día Mundial del Trabajo Social. Pero que, personalmente, no tengo ningunas ganas de celebrar.
¿Porque no tengo ganas de celebrar?
En medio de este cocktail, me vienen a la mente aquellas palabras de Teresa Matus en el último Congreso de Trabajo Social. Aquello de «hace falta destruir para construir». Porque eso es lo que siento que, parecer, realmente removería la profesión de una vez. Que le daría un verdadero vuelco.
Sí, en mi cabeza veo necesario un vuelco. Dar un giro de 180° al Trabajo Social. Para que empecemos a salir de nuestra endogamia. Endogamia que veo en los múltiples eventos que se celebran en torno a este día. Eventos que veo que seguimos haciendo internamente, poco hacía el exterior, hacía la población. En los que se repiten caras constantemente. Y que dejan mucho que desear en cuanto a diseño (para su publicidad) o planteamiento (por seguir siendo un formato algo anticuado).
Esto último es una de las cosas que me genera rabia. Y también es causa de desmotivación. Desde que acabé la carrera, llevo trabajando, aportando, reflexionando, ofreciéndome a colaborar y vendiéndome (si, hay que ser honesto). Más de 6 años haciendo esto. Y el blog es un ejemplo de ello. Pero, en días como hoy sientes que todo eso no sirve para nada.
Digo no sirve porque uno puede recibir buenas palabras como: «me encanta tu blog», «es súper interesante lo que haces» «creo que lo tuyo es súper innovador». Pero, como dije por los 6 años de blog, eso no da de comer. Ni da realmente un hueco con el que aumentar tu currículum y dar valor a tu marca.
Si digo esto, honestamente, es poniendo el foco en mucha gente que me lo dice y tiene responsabilidad en ciertos eventos y organizaciones. Evento y organizaciones con los que podría establecer sinergias con proyectos de diversos tipo (desde algo puntual a un taller, por ejemplo). En definitiva, gente que podría tender la mano para generar oportunidades reales. En cambio, siguen contando con las mismas personas y seguimos tratando los mismos temas. Y eso es algo que también me indigna y desmotiva.
Más razones…
A esto le podemos añadir el Trabajo Social en las redes sociales. No sé si es que me fijo solo en eso. Pero cada vez más veo más peleas y discusiones. Más armar barullo y hacer de este medio un espacio altavoz para la queja y la protesta. De hecho, da la impresión que, al final, quién tiene más visibilidad es quién monta más lío y escándalo. O aquel que utiliza unos medios y planteamientos de «marketing agresivo». Planteamientos más propios de un sistema capitalista que en línea con ciertos valores de nuestra profesión.
Por si fuera poco, completo el listado con el mundo colegios y Consejo, con los que me he ido desencantado. Porque parecen abiertos, pero cada vez me parecen más cerrados. Y en los que parece pesa más las relaciones de «amiguismo», que porque realmente tengas una propuesta de valor que sea diferente e innovadora.
Esto me da pena. Porque se supone que somos una profesión que criticamos eso mismo en la alta política. Pero no nos aplicamos el cuento. A lo que le sumo que siento que poco vale que hagas críticas constructivas. Críticas que, en muchos casos, van acompañadas de ofrecimiento a colaborar para construir juntos. Pero que en muchas ocasiones han acabado en saco roto.
Celebro mi otra profesión… pero con mucha relación
Por todo esto (y quizá algunas cosas más), es por lo que no tengo ganas de celebrar este día. Por lo que no he mostrado ningún interés en acudir a la 2ª Gala de Trabajo Social que se celebra en Madrid (que era la que mejor me pillaba). Ni tampoco por todo lo que se estaba planteado en torno a este día.
Curiosamente, a pesar de eso, si he tenido el foco en un evento que tiene relación. En sí es de mi otra profesión. Pero esta misma semana también se celebra el Día Internacional de la Narración Oral (algo que ya he mencionado varias veces). Y en torno a este día, tenemos las Jornadas organizadas por la Asociación MANO (formo parte de la comisión organizadora), que este año giran en torno a los «Viajes heroicos».
Pues resulta que el tema de las #9JornadasMANO lo hemos enlazado con los viajes migratorios y la problemática de las personas en situación de refugio. Y justo hoy tendremos la conferencia inaugural a cargo de Arjen Barel. Una conferencia que lleva por título «Historias que viajan», dónde hablará sobre esa relación comentada entre cuento y viajes migratorios. Y que irá acompañada de un espectáculo que contará la historia de vida de Mabel Pearson, actriz argentina residente en Madrid.
A esto, además, podré sumarle la actividad que cierra las jornadas. Tendremos una fantástica mesa redonda que tratará sobre migraciones, historias e identidad. Y en la que participará Momi Ogalla, trabajador social y narrador oral. En definitiva, un colega profesional, en todos los sentidos, además de buen amigo.
Un par de comentarios aclaratorios
Para terminar, un par de cosas que me surgen comentar. Por un lado, que no he puesto ejemplos o casos concretos porque no me parece necesario. Son cosas que siento en el ambiente general. Cosa que creo, cualquier otro podría sentir. A parte, quien quiera sentirse aludido que lo haga. Pero si eso ocurre, quizá debería preguntarse porqué.
Por otro lado, no niego que haya cosas interesantes, diferentes e innovadoras. Incluso yo también he tenido oportunidad de formar parte de esas experiencias. Pero la mayoría han sido en el pasado, cuándo inicié mi camino hace 6 años. Y desde hace un tiempo (unos 3 años), apenas he tenido proyectos o propuestas. O las que he tenido han pasado más que desapercibidas y con poca repercusión real.
Con todo esto, llego a una conclusión. Escribiendo este post he encontrado la clave. Lo que me pasa es que siento que llevo mucho tiempo caminando en solitario en el desierto que es nuestra profesión. Un desierto que cada vez me parece más grande. Y en el que hay pocos oasis en los que retomar fuerzas para seguir caminando… y viviendo.
Hola Israel siento tu estado de ánimo. Yo tampoco estoy en mi mejor momento. Te mando un abrazo grande .
Empatizo totalmente contigo. Esas mismas palabras las he repetido en múltiples ocasiones en mi cabeza. A veces pienso que el postureo lo invade todo incluso nuestra profesión y que del dicho al hecho hay un gran trecho. Promulgamos cosas bonitas «cambio» «revolución» «innovación» «empoderamiento»,etc. pero la mayoría de ocasiones se queda solo en eso. Deberíamos comenzar más a valorar la lucha de l@s compañer@s y empoderarnos entre nosotr@s. La intervención la enfocamos trabajador/a social – usuario/comunidad pero ¿qué hay de nosotr@s cómo comunidad? Un saludo Israel!
Hola Israel! Aunque no he ejercido nunca como trabajadora social, me ha tocado tu publicación. He podido sentir tu impotencia y frustración. Bajo mi punto de vista, lo que cuentas no es una simple pataleta, creo que es algo mucho más serio. Te agradezco que hayas querido compartirlo porque tu testimonio nos enseña a quienes somos unos recién llegados, algo más sobre el mundo del trabajo social, y nos da pistas de por dónde seguir. Te animo a que sigas peleando por dar impulso a ese Trabajo Social en el que realmente crees. Te mando también un abrazote!!