Un aniversario que deja un mal sabor de boca. Una celebración con cierta tristeza. Un año que muestra una época de crisis. Una oportunidad para reflexionar y replantearme como seguir con esta tarea. Todo esto es lo que me ha ocurrido con la llegada de los 6 años de blog, la semana pasada.
Un agridulce cumpleaños de blog
La semana pasada mi blog cumplió 6 años. Si, un año más a las espaldas. Pero este cumpleaños es muy diferente a los anteriores. Ha sido un cumpleaños agridulce para mí. Incluso con cierto desánimo.
Otros años por esta fecha solía lanzar un resumen del año en datos. Visualizar como habían evolucionado las cifras de visitantes, de los post más leídos o de artículos publicados me hacía especial ilusión. Y me ponía las pilas para continuar.
Pero este año, sinceramente, he tenido una mezcla de pereza y desilusión. Porque sabía que este año no había sido como los anteriores. Y porque me hacía constatar que el blog me tiene algo quemado.
¿Porque me ha ocurrido esto?
Esto que cuento es la realidad. Quizá habrá gurús del blogging que se echarían las manos a la cabeza al leer esto. Que no debería hacerlo. Pero si algo he buscado siempre transmitir es honestidad con quien pueda llegar a leerme.
Dicho esto, no quita que haya luchado por mantener el blog lo mínimamente activo que podía. Para mí, esto se refleja en la regla de 1 post al mes. Y este post surge, en parte, de esa idea.
Ahora bien, digo en parte. Porque también la semana pasada me ha llevado a pensar porque me ha ocurrido esto. Porque este año solo he publicado 25 post, el mínimo en estos 6 años de blog. Una buena diferencia comparado con los 45 del año pasado o los 44 del anterior. Y muy alejados los 62 de mi primer año. En definitiva ¿que ha influido para que haya ocurrido esto?
FALTA DE IDEAS INTERESANTES
Este es el principal factor. Tras 5 años escribiendo de una manera muy habitual, intentando sacar 1 post a la semana aproximadamente, llega un momento que ya no sabes de qué escribir. Las ideas se te agotan y no surgen cosa que realmente te parezcan interesantes. Que sientas que puedas aportar. Y, en caso de fluir alguna, pero no te motivan lo suficiente o requieren de un trabajo mayor.
TIEMPO INVERTIDO Y RETORNO DE LA INVERSIÓN
Escribir un post puede resultar una tarea sencilla desde fuera. Pero cada publicación lleva de media entre unas 2 – 3 horas como mínimo. Al menos si planteas este trabajo como en mi caso, con multitud de pequeñas tareas: escribir en «sucio», leer y corregir/reescribir, pasarlo al blog, plantear diseño, preparar imágenes «a medida», revisar publicación, publicar y difundir en redes.
El tiempo puede parecer poco y es cuestión de organizarse. Pero cuándo las ideas que surgen requieren de un trabajo mayor para su escritura, uno se lo piensa. Cuando digo esto es porque esas buenas ideas requieren de un trabajo de investigación previo con mayor profundidad.
A esto cabe añadir que llega un momento que, siendo freelance como soy, te planteas si esta inversión en tiempo realmente tiene su «retorno económico». Si te reporta oportunidades de trabajo. Y cuándo sopesas y ves que no se produce este hecho, pues, sinceramente la «pereza» y la desmotivación hacen acto de presencia.
GESTIÓN DEL TIEMPO PERSONAL / PROFESIONAL
A esto que comentaba del trabajo que requiere, este año ha ocurrido un hecho en el plano personal que incide. En febrero de este año me he independizado con mi pareja. Y sí, como conté en su momento, me ha permitido montarme mi propio despacho. Pero con esta independencia mi realidad personal ha dado un giro que añade complejidad a mi «organización laboral».
En definitiva, independizarme ha implicado tener que estar más pendiente de las tareas de la casa. Organizarme estas tareas junto a mi trabajo. Es cierto que trabajar en casa y tener horario «flexible» tiene sus ventajas para este hecho. Pero también tiene sus contras y su dificultad. Sobre todo si quieres tener en cuenta aprovechar los momentos que puedes compartir con tu pareja (en base a su horario de trabajo), como es mi caso. Y creo que necesita una fase de adaptación en la que, personalmente, creo que aún estoy.
¿Y porque os cuento todo esto?
Para acabar, decir porque he querido compartir hoy esto. Lo primero, por ordenar ideas y pensamientos en torno a lo que me ha ocurrido. Y es que escribir es un medio muy óptimo de conseguir esto.
Por otra parte, porque me resulta honesto hacerlo de cara a quiénes me seguís y leéis. Para que quede claro que detrás de este humilde blog hay una persona con su vida personal más allá de lo profesional. Que detrás del aparente éxito profesional también hay momentos de bajadas. Que lo humano es que no se puede estar siempre al 100% con todo.
Por último, por contar una realidad que también existe y acaba apareciendo. Sobre todo pensando en aquellas personas que se plantean crear un blog. O que incluso les he recomendado hacerlo si van a emprender. Y es que, con esta experiencia, ahora puedo decir algo que ya decía antes. Pero ahora con mayor firmeza: un blog es todo un trabajo que cuesta mucho mantener porque apenas da realmente frutos.