Finalmente, no conseguí el Premio Bitácoras 2016 «Mejor Blog de Acción Social». El objetivo final, regalar este premio a mi blog, no se alcanzó. Cuando no alcanzas la meta propuesta, se puede decir que has fracasado. Pero, eso no quita que uno no siga caminando teniendo en cuenta lo logrado. Que saque aprendizajes y partido a haber sido finalista.
Y llegó la gala de los Premios Bitácoras 2016
Hace ya algo más de 2 meses que arrancó por aquí una campaña en relación al #Bitácoras16. Me lancé con energía y trabajo para llegar a conseguir lo que denominé #UnRegaloParaIHBlog. Estuve pidiendo votos a troche y moche entre amigos y seguidores. Por Twitter, Facebook y Whatsapp. Todo para conseguir ser finalista, que era el primer paso.
Ese primer paso se consiguió: ¡Quedé 2º clasificado! Junto a mí, estaban como finalistas los blogs «¿Y de verdad tienes tres?» y «Hemiweb». Ya solo quedaba disfrutar de la gala de entrega de premios, dónde se desvelaría el ganador.
Pues el pasado viernes 25 de noviembre fue ese gran día. Unas 400 personas nos congregamos en CaixaForum. El ambiente, desde el inicio, se notaba festivo y alegre. Un buen cocktail para así poder conocer a otros finalistas y disfrutar de este momento en buena compañía. Como yo era único editor del blog, me rodeé de gente querida y/o que tuviera algo que ver con este mundillo.
La gala, presentada por Juan García (conocido como @blogoff y Director de la Escuela Bitácoras) y amenizada artísticamente por Didier Maes (de la Escuela Internacional del Gesto), tuvo buen ritmo. Iban pasando la entrega a unas y otras categorías, con algún pequeño sketch por parte de de Didier. Y a las 21:30 justas, tocaba el turno de conocer el ganador en «Acción Social».
Y entonces fracasé
Hasta ese momento, los nervios iban en aumento. Sentía en la boca del estomago esas sensaciones de estar a punto de conseguir algo que has soñado, que deseas, por lo que has luchado y trabajado. Pero faltaba ese último paso, esa decisión final dónde ya tú no has tenido ningún control.
De pronto ver en medio de la pantalla gigante mi cara, me sacó una sonrisa. Era increíble pensar que más de 400 personas estaban viendo mi foto de perfil de Twitter (que mucha gente dice que me caracteriza). Sentí orgullo de mi mismo.
Subió el Director General de Red Facilísimo para entregar el premio. A pesar de la distancia, pude escuchar como el sobre se abrió. Tenía las sensaciones a flor de piel. Un grito de alegría con ganas de salir desde lo más profundo de mi entrañas… Pero pronunciaron las siguientes palabras: «El ganador es… ¿Y de verdad tienes tres?». [VER MOMENTO]
En ese instante sentí me caía de la nube en la que me había subido. Sentía que había tenido en la punta de los dedos el premio… y se me había escapado. Algo que definió muy bien (con mucho humor) @lavecinarubia en este tweet.
Cuando estás esperando a que digan tu nombre para recoger un premio pero al final dicen otro.#Bitacoras16 pic.twitter.com/D0faw7SR0c
— La Vecina Rubia (@lavecinarubia) November 26, 2016
Obvio que acepté la derrota por un blog que considero es más que interesante de seguir (de hecho yo tengo pendiente seguir echándole muchos largos vistazos). Que la labor que realiza Vanesa Perez a través de su blog merece este reconocimiento. Pero negar que sentí un bajón muy grande sería demasiado hipócrita por mi parte. Y muy lejos de mi línea que siempre mantengo: hay que aceptar y vivir las emociones que sentimos en cada momento. Y, si llega el momento de «compartir», siempre es positiva la transparencia (sin ser «sincericida» claro).
En definitiva, como decía, sentí que había fracasado. Si, lo digo sin miedos y sin tapujos. Mi objetivo era ganar el Premio Bitácoras 2016 y no se había conseguido. Así que, a mi parecer, no hay más vueltas de hoja.
¿Y ahora qué?
Este punto es el que resulta interesante plantearse. Porque asumo como un fracaso este camino recorrido (no llegué a la meta esperada), pero sé que ahora se abre otro nuevo por recorrer. Y es que para mí, asumirlo así no quita que de valor a lo conseguido, adquiera aprendizajes de la experiencia, ni me impida seguir caminando (como ya expliqué en un post).
Partiendo de esto, es obvio que ser Finalista de Premio Bitácoras es un logro grande. Significa que hay mucha gente que apoya la labor que llevo a cabo con este humilde blog. Incluso algo más, que merecía un premio por ello. Y para mí es igual de importante toda esa gran cantidad de pequeñas huellas que uno deja en su camino, como alcanzar la cima.
Por otra parte, no hay que olvidar algo que en la misma gala mencionaron: no ganar el premio no quiere decir que se le pueda sacar rédito. Un ejemplo claro lo vimos con Sebas G. Mouret, finalista en 2014 a Videoblog y ahora formador en Escuela Bitácoras (con curso sobre ser Youtuber). Por supuesto, he tomado buena nota de ello. Por eso me rondan ya varias ideas y propuestas profesionales.
Con este asunto, puedo decir que sin haber llegado a la gala ya le he sacado partido a participar: el próximo sábado 3 de diciembre estaré presentando el Encuentro de Familias y Jornada Técnica que organiza la Asociación de Hemiparesia Infantil (que su blog Hemiweb ser hemos compartido finalistas de categoría).
Por último, no falta mencionar aprendizajes y logros conseguidos. Primero, estar en la gala también era un sueño cumplido, que no es nada fácil de lograr. Segundo, lo relacionado con estrategia en redes para “campañas de marketing”. Y tercero (y para mí más importante), puedo estar orgulloso de haber hecho que el Trabajo Social estuviera más presente en este mundo online, en el que siento somos (aún) grandes desconocidos.
Hola Israel,
de fracaso nada porque no depende de ti. De ti solo depende la campaña y todo el trabajo anterior. Está claro que si la gente piensa que tu contenido no vale y tampoco sienten afinidad contigo como persona no van a votarte. Pero luego la decisión del jurado es subjetiva y bien subjetiva, me parece a mí…
Enhorabuena porque es difícil llegar ahí.
Un abrazo 🙂