Una propuesta teatral que arroja luz en medio de una realidad muy oscura. Una realidad oscura y desconocida, sobre la que resulta necesario informar y divulgar. Un proceso de información y divulgación realizado apoyándose en el Teatro para ello. Un Teatro Social que también es oportuno y útil en ciertos contextos y para ciertas realidades. Todo esto puedo considerar «Manos», la principal obra que vi ayer dentro del marco del Festival Con-Vivencias.
Antes de la obra… algo de acción en calle
Ayer continué con mi «periplo blogger» por el II Festival de Teatro Social Con-Vivencias. Segundo día de evento y segundo día afrontando ver las propuestas artísticas con un ojo profesional, informativo y crítico. Y he de deciros que está siendo una experiencia más que interesante, porque me está permitiendo conocer propuestas. Pero, además, me está haciendo replantearme mucho sobre la utilización del Teatro y el Arte para la intervención social.
Este replantearse, también se refiere a aprendizaje, ya que me está llevando a una ebullición creativa en ciertos momentos, que valoro muy positivamente. Gracias a esto estoy ampliando recursos, ideas, reflexiones que, estoy seguro, se verán reflejadas en posteriores trabajos propios. Y cuando digo esto pienso en la propuesta de calle que ayer estaba programada.
A partir de las 21:00, un pequeño grupo de alumnas de La Dinamo Escuela (que están en su último fin de semana formativo), realizaron una intervención teatral comunitaria en plena Plaza de Nelson Mandela. Esta consistía en 2 vecinas de Lavapiés, asomadas a su ventana del patio, unidas por un tendedero. Pero este tendedero era muy particular, porque lo que querían es que se colgasen sueños, ideas de mejoras para el barrio. Con esto, acompañadas por otra persona que aportaba ritmo y música, abordaban a la gente de la plaza para pedirles que colaborasen en llenar el tendedero.
Tal y con lo que os acabo de contar, ahora entendéis lo de la ebullición creativa. La idea me resultó esplendida puesto que, desde jugar con una realidad cercana, que nos es muy familiar, consigue enganchar y hacer participar a la gente. La pena fue que pude disfrutar poco tiempo y no tengo comentarios de las artistas, ni se el grado de particpación. Pero es que la propuesta teatral del día me reclamaba.
«Manos», una novedosa propuesta sobre una realidad desconocida
La obra teatral que tocó turno ayer era «Manos». Esta creación de Viterbo Teatro, basada en un texto de Gustavo Montes, pone como protagonista al maltratador. O bueno, realmente 2 maltratadores. Porque en la representación veremos el mismo monólogo/historia contado 2 veces, con 2 dos visiones y energías diferentes. Y, con este hecho, nos hace replantearnos las posibles realidades que viven estos hombres.
Centrando el foco en los aspectos artísticos, resulta conveniente valorar muy oportunamente su austeridad escénica. El actor se enfrenta (nunca mejor dicho) en solitario al público, colocado en círculo. A penas hay elementos en la escena, tan solo un pequeño mueble con ruedas (colocado en el centro de la escena), un collar, unas esposas y un papel y lápiz. Y decía nunca mejor dicho lo de enfrentarse, porque la disposición circular está más que justificada, en base a la intro de la obra, que nos ubicó en una intervención grupal terapéutica con maltratadores.
Por supuesto, esto serviría de poco si no le sumamos el trabajazo actoral de Fabián Pérez, único actor de la obra. Consigue sacar las dos energías comentadas de una manera espléndida, marcando diferencias claras, pero sin excentricidades que puedan provocar humor u odio en el público, con las que te hace cuestionarte varios aspectos en torno a la realidad del maltratador. Para ello, según me comentó posteriormente, había trabajado junto a Luisa Nieto, psicóloga de la Fundación Aspacia, que trabaja con este perfil. Y esto es digno de resaltar, porque encarnar esta figura, de partida, debe resultar arduo complicado de afrontar. Primero, por los prejuicios y visión distorsionada que podamos tener y, segundo, por la implicación emocional y visceral que nos puede provocar al visualizar un personaje de estas características.
Esta figura, es la que me vincula con lo social. Ayer, excepcionalmente, se contó con su presencia. Por ello, posteriormente, se inicio una charla en la que resolvió dudas e informó en torno a la su labor de intervención con este colectivo y la realidad de los maltratadores. Es por esta razón que consideré la propuesta teatral como un «Teatro informativo/divulgativo», (no se si existe, pero es como alguna vez lo he denominado) pues se utiliza poner en escena una realidad, para llegar a la charla (en vez de utilizar el típico Power Point, por ejemplo).
En este aspecto, sí que me surge comentar que, bajo el tipo de Teatro Social que yo tiendo a utilizar, me hubiese resultado más interesante un debate. Personalmente, hubiera optado por facilitar un dialogo en torno a ciertas preguntas que la obra deja en el aire como ¿ya es tarde para intervenir? ¿se merece el perdón? ¿es justo no cumplir condena a cambio de acudir a terapia? Porque, desde cuestionarnos estos hechos, también podría surgir el aspecto de que podríamos hacer cada cual por transformar esta realidad.
Igualmente, he de decir que la propuesta fue más que oportuna, porque considero existe una falta información sobre este colectivo y como se trabaja con él. Además, porque quizá no siempre es oportuno o necesario que haya un debate/dialogo cuando la obra tiene y evoca una gran potencia visceral, como ocurre en este caso. Y es que, al fin y al cabo, centrarse por un momento en lo racional, permitiría ordenar las ideas y encontrar el equilibrio del triple eje.
3 días más para verla… y sacar tus propias conclusiones
Teniendo en cuenta todo esto, me resulta más que oportuno invitaros a que acudáis a verla para que saquéis vuestras propias cuestiones y reflexiones. Y digo esto porque tenéis la oportunidad de hacerlo acudiendo uno de estos 3 próximos sábados, a las 20:00 h., en El Umbral de Primavera (aunque sí que aviso que estos pases no contarán con la presencia de la psicóloga).
Ya solo me queda pediros que, si vais, dejadme vuestro feedback. Me encantará debatir y seguir reflexionando sobre esta realidad, que considero aún está muy oscura, como en una cueva. Una realidad en la que «Manos» nos adentra. Y, a la par, consigue dar luz, para comenzar a vislumbrar el camino de salida.