El Trabajo Social del siglo XXI todavía falta por configurarse, incluyendo las diversas formas de conseguir nuestro objetivo. Una convicción firme en que existe mucho talento individual en la profesión. La complejidad de emprender desde esta disciplina en el contexto sociopolítico actual. Trabajar en equipo multidisciplinar abre la mente y te sitúa ante nuevos retos. Estas son algunas de las reflexiones que nos deja Ania Pérez, desde su experiencia como trabajadora social y emprendedora.
Otra trabajadora social y emprendedora en AIRES
La semana pasada publicaba la entrevista a Carmen Belchí, trabajadora social, fundadora y Presidenta de AIRES Asociación. En ella, nos comentó su visión y reflexiones sobre Emprender desde el Trabajo Social.
Pero en AIRES Asociación, ella no es la única trabajadora social. En el equipo fundador, a parte de un educador social (Rubén Pascual) y una economista (Mar Guzmán), también está otra colega profesional. Ella es Ania Pérez, otra profesional del Trabajo Social del siglo XXI, si tomamos para definirla una de sus reflexiones.
Reconozco que con ella he tenido menos contacto. La conocía después de conocer a Carmen, en algunos eventos que hemos coincidido. Ahora, en el momento que planteé las entrevistas para el blog, no dudé en que quería también hacerla una entrevista. Sobre todo, porque me resultaba interesante escuchar a 2 voces que estaban en el mismo proyecto. Y, desde ahí, poder ver los puntos en común y las diferencias.
Y Ania Pérez toma la palabra
Antes de dar paso, solo me queda decir que os invito a leáis también la otra entrevista para que, de esta manera, saquéis vuestras propias conclusiones sobre esa doble visión que comentaba. Y ahora ya, os dejo con la entrevista:
En primer lugar, saber cómo y porqué empezó todo. En definitiva, ¿qué te llevó a emprender?
Todo partió de una herramienta de intervención (la metodología Housing First) a través de la que Carmen y yo empezamos a hilvanar lo que finalmente se convertiría en el proyecto técnico que sustenta La Morada (nuestro proyecto de intervención con mujeres en situación de sin hogar).
Teníamos por fin la “caja de herramientas” llena. Siempre desde nuestra visión de cómo acompañar a personas en situación de sin hogar, intentando que sean ellas las que propicien los cambios en su vida. Y las que marquen sus tiempos en los cambios que quieran realizar hacia su recuperación.
Además, teníamos una marcada visión política de la profesión, más allá de la ciudadanía. Y nuestra raíz en la lucha por la equidad y los derechos sociales. Emprender, a través de la creación de AIRES, fue para nosotras el medio para hacer de este sueño una realidad.
¿Cómo ha sido la experiencia de emprender desde ser trabajadora social? ¿Cuáles han sido las barreras dentro y fuera de la profesión? ¿Y los apoyos?
No nos engañemos, emprender desde el Trabajo Social no es sencillo. Resulta complejo, en el contexto sociopolítico, mantener una visión muy de tierra de intervención social como acompañamiento, una defensa a ultranza del protagonismo de la persona en su propio proceso de recuperación, trabajar hacia la autonomía…
Además, es necesario crear una estructura sólida, económicamente sostenible, pensando a la vez en el corto, el medio y el largo plazo. Y traducir tu visión desde lo social para que posibles colaboradores de otros sectores entiendan tu proyecto y quieran sumarse.
En definitiva, es un camino duro de mucho aprendizaje, muy enriquecedor. Y en el que es fundamental no perder de vista para qué hemos nacido y qué queremos conseguir.
Tú no has emprendido sola, sino creando una asociación. ¿Qué ventajas e inconvenientes has encontrado desde esta forma de emprender?
Desde el principio optamos por la esta forma porque, dentro de las figuras jurídicas que existen, entendimos que es la más democrática y asamblearia. Queremos que toda aquella persona que participe de un modo u otro en AIRES, tenga la puerta abierta a opinar sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos. Y también que haya total transparencia en nuestra actividad.
Por otra parte, formar un grupo multidisciplinar, con voces de distintos sectores y con experiencias vitales y profesionales variadas, para mi sólo tiene ventajas. De hecho, a todas nos ha abierto la mente y nos ha situado ante retos que nos hacen crecer día a día.
Una última pregunta que hago a todo profesional del Trabajo Social que pasa por aquí… ¿cómo crees que debería ser la dupla Emprendimiento – Trabajo Social?
Creo que una de las mejores aptitudes que nos aporta nuestra profesión es la de poder llegar a tener una visión muy amplia de la realidad individual y social. Y estoy firmemente convencida de que en nuestra profesión hay muchísimo talento individual. Talento que se diluye dentro de macroestructuras u organizaciones muy verticales.
Para mí el Trabajo Social del siglo XXI está todavía por configurarse. Hay muy diversas formas de conseguir nuestro objetivo (que para mi no es otro que acompañar a las personas con las que trabajamos, intentando compensar las dificultades que sienten que tienen en sus relaciones personales, familiares y en la interacción con su entorno y con el contexto sociopolítico) y compañeras con buenísimas ideas. Creo que es necesario de dejar de pensar. Lanzarse y hacer. Y sin olvidar sistematizar la práctica (¡aprendamos unas de otras!).
Nada más por mi parte. Un placer contar con tus palabras y aportar tu visión en este blog. Si quieres comentar algo más, este es el momento…
Ojalá alguna más se anime a hacer realidad sus ideas. Nosotras os dejamos las puertas abiertas para compartir experiencias. Muchas gracias por este espacio Israel.
[Imagen destacada: elaboración propia con foto aportada por Carmen Belchí]