Emprender motivado por el desencanto con el modelo empresarial habitual, sin renegar de lanzar un proyecto en el sector privado. Una experiencia en la que has de enfrentarte a barreras generadas por el miedo al cambio, pero que acaba resultando más que satisfactoria. Una filosofía de emprendimiento que prioriza los intereses de las personas con las que se va a trabajar. Estas son algunas de las ideas que destaco de las compartidas por Sergio Alarcón, en torno a Emprendimiento y Trabajo Social.
Sus aportaciones sobre Emprendimiento y Trabajo Social
El pasado miércoles publiqué la 1ª parte de la entrevista a Sergio Alarcón, en la que nos presentó, bastante detalladamente, Neurovida, su proyecto emprendedor.
Ahora bien, al igual que hice con Leticia Diez, de nuevo me interesaba una 2ª parte, en la que tuviera protagonismo por sí solo el compartir experiencias, opiniones y visión de Sergio sobre la dupla Emprendimiento-Trabajo Social. Una dupla que yo tanto me cuestiono y sobre la que me gusta reflexionar desde el debate.
Por todo ello, le lancé una serie de preguntas, en las que pudiera darnos unos pequeños apuntes. Digo pequeños porque, si nos ponemos, nos podríamos tirar horas de conversación y escribir libros. Eso sí, creo que son una buena base sobre la que empezar a debatir y crear este edificio por el que muchos apostamos. Así que, sin más, doy paso a la entrevista:
En esta 2ª parte, me interesa conocer más tu visión sobre el emprendimiento. Primero de todo, ¿qué te llevó a emprender?
Me llevó a emprender mi desencanto con el modelo de atención actual a personas con deterioro cognitivo leve, enfermedades neurodegenerativas y daño cerebral adquirido. Desde que empecé a dedicarme a lo social, he trabajado en diferentes recursos que atienden a estas personas y ninguno se ajustaba a lo que yo percibía que necesitaban las personas y sus familias. Todos eran modelos empresariales en los que lo verdaderamente importante eran los beneficios económicos y donde no se tenía en cuenta la individualidad de cada personas. Modelos de atención centrados en el servicio, donde las personas debían adaptarse a lo que allí se ofrecía.
Era necesario un cambio en este modelo, era necesario abrir un verdadero centro social, aunque fuera con capital privado. Había que poner a la personas en centro de dicho modelo, darle la importancia que se merece y sin olvidar que lo económico es importante para una empresa, relegarlo a un segundo plano.
Cómo ha sido eso emprender siendo trabajador social… ¿Cómo crees que es la situación actual en este aspecto? ¿Qué barreras dentro y fuera de la profesión te has encontrado?
Emprender desde el trabajo social ha sido emocionante y gratificante. El proyecto de Neurovida cuenta con un alto contenido social y esto ha sido algo que los y las colegas de profesión han detectado cuando lo han conocido. Mucha gente me ha comentado que «solo un/a trabajador/a social podría hacer un proyecto de este tipo».
Creo que la situación actual está cambiando, cada vez son más personas de los social las que se animan a lanzar proyectos necesarios para la sociedad, pero aún queda mucho camino por recorrer en este sentido. Parece que lo social queda relegado a lo público y a las personas sin recursos y no es así. Lo social es necesario en cualquier sociedad, y para cualquier persona, independientemente del nivel adquisitivo que se tenga y aunque las administraciones puedan proveer una parte, la empresa privada tiene mucho que decir y hacer en este terreno.
La principal barrera que me he encontrado dentro y fuera de la profesión han sido administrativas y de pensamiento arcaico. Administrativas porque no es fácil emprender en este país, al menos en Madrid. Hay sobre todo, muchas trabas que te obligan a disponer de mucho capital para soportar los gastos antes de poder abrir. Pensamiento arcaico porque cuesta mucho cambiar la forma de ver y hacer las cosas en una sociedad paternalista que lleva muchos años haciendo lo mismo, sin pararse a pensar si realmente es así como deben hacerse o cómo les gustaría a las personas que si hiciese.
Desde esta experiencia ¿cómo consideras debería ser la dupla Emprendimiento-Trabajo Social?
La dupla Trabajo Social-Emprendimiento debe contar con valores acorde al tipo de trabajo que se va a llevar a cabo. Con esto quiero decir que debemos anteponer los intereses de las personas con las que vamos a trabajar a los nuestros. Hay que dar un giro de 180º y llevar a cabo un emprendimiento social, con valores como la dignidad, la equidad, la autodeterminación, el amor incondicional, el respeto y la transparencia.
Emprender desde lo social es emprender para acompañar, para participar de la vida de otras personas, en un plano de igualdad y sabiendo que cada personas es única y así debe ser tratada. Creo, en definitiva que esta dupla no debe verse tanto como un emprendimiento sino como una forma de entender al ser humano y en definitiva la vida.
Muchas gracias por tu participación y aportaciones a este blog. Si quieres añadir algo más, este es el momento…
En primer lugar agradecer el espacio y el tiempo que me has brindado para dar a conocer Neurovida. Animar a todos/as los/as trabajadores/as sociales a emprender. Creo que necesitamos gente comprometida y con ideas para impulsar esta profesión.
Decían en el 6º Congreso de Trabajo Social que seguimos buscando el objeto de la profesión. Yo creo que este está claro: generar cambio social a través del amor incondicional, del acompañamiento y sobre todo desde el respeto a la autodeterminación de la persona. Emprendamos en esa dirección, seguro que será maravilloso.
Os dejo mi correo por si alguien quiere contactar conmigo, ya sea para conocer Neurovida, para compartir experiencias o debatir de la vida misma: salarcon@neurovida.es