Ser Payaso de hospital no es solo ponerse una nariz roja dentro de un hospital y hacer reír. Ser Payaso de hospital es ternura, es inocencia, es silencio y respeto. Es juego, es acompañamiento, es risa y sonrisa. Es intervención social, terapia y «medicación». En definitiva, es un arte y profesión muy difícil y poco reconocida.
Hoy vengo a tratar un tema que me toca de cerca. Un tema teatrero de los míos, con toque social. Quiero hablaros de algo que, además, he podido experimentar en primera persona. Y escasamente lo he nombrado por aquí. Pero que, por cierto hecho me ha removido y apetecido contar mi visión al respecto.
Reportaje en el programa «Crónicas»
La semana pasada, el programa «Crónicas» de La 2 de TVE, emitió un reportaje titulado “Payasos en el hospital, alegría intensiva”. A través de ciertos contactos llegué a saber de él (porque, sinceramente, no soy mucho de ver La 2). No pude verlo el día de emisión, pero si leer el artículo previo que colgaron en la web.
La «crónica» de mi experiencia
Este tema me resulta interesante porque, como decía, lo he podido experimentar. Dentro de mi formación en Teatro Social, una de ellas fue la de hacer el curso «El Payaso en el hospital y en el Trabajo Social». Curso impartido por Verónica Macedo, fundadora de Saniclown, una de las asociaciones que aparece en el reportaje, «concebida con el fin de mejorar la salud emocional de los pacientes ingresados, así como la de sus familiares y la del personal sanitario».
En este curso, que se desarrollaba en 5 fines de semana, uno de ellos asistimos al Hospital Niño Jesús (uno de los centros donde trabaja Saniclown) para realizar una actuación en el teatro que tiene el hospital. Previamente, eso sí, habíamos estado improvisando en pasillo y habitaciones para convocar a la gente. De esta experiencia me quedó un recuerdo y emoción principalmente: el momento en el que me puse la nariz roja y comencé a «jugar», para mí, el espacio dejó de ser un hospital porque lo que me importaban era las personas con las que iba interactuando en cada momento.
Cuando digo «jugar» no pensemos en algo despectivo y escaso de valor (por eso lo pongo entrecomillado). Sino que lleva incluido todo lo que comentaba al inicio. Para ello, además, me había formado. Y, de hecho, yo que venía de hacer clown más puramente artístico, me di cuenta que todas las reglas e indicaciones más «estrictas» que habíamos aprendido eran muy lógicas, comprensibles y necesarias. Hasta el punto de darme cuenta que, de no haberlas tenido en cuenta, mi intervención podía haber generado todo lo contrario de lo que buscaba.
Todo esto, también lo pude corroborar en la experiencia posterior que tuve. A modo de práctica, al finalizar el curso, todas las personas que quisimos acudimos al hospital para hacer intervención en habitación, más cerrada y estructurada. Y ahí fue donde me di cuenta, además, que personalmente no es en lo que me encuentre más cómodo. Que hace falta una sensibilidad especial para saber conjugar arte e intervención (social y terapéutica) en este contexto concreto.
Concluyendo…
Por todo esto es por lo que admiro a las personas que están implicadas en Saniclown y todas las entidades de Payasos de hospital que hay en España. Y he querido hablar hoy en el blog para dar ese apoyo e impulso que reivindican, que se les considere una profesión más dentro de la intervención médica en hospitales. Porque yo los considero muy necesarios ya que, como dice uno de los cuentos que cuento, “una sonrisa en un momento de tragedia evita que se rompan fibras emocionales profundas”.
[Imagen destacada: Foto previa a actuación en el teatro Hospital Niño Jesús]
Me parece genial lo de que haya payasos en los hospitales. Que son sitios muy aburridos. Espero que disfrutes alegrando los hospitales 🙂
Un abrazo 🙂
Me parece genial lo de que haya payasos en los hospitales. Que son sitios muy aburridos. Espero que disfrutes alegrando los hospitales 🙂
Un abrazo 🙂