Si me preguntan, diré que soy Trabajador Social Freelance. Ahora lo tengo claro. Pero, ¿por qué he optado por esta denominación? ¿Cuáles son las características y razones que me han llevado a ello? ¿Qué es lo que hago y cómo lo hago para que tenga sentido utilizar el adjetivo Freelance? Estas son algunas cuestiones que me han llevado a escribir este post.
Cuestionándome mi «yo profesional»
Estoy camino de cumplir 4 años emprendiendo. Siempre he defendido que lo hago desde el Trabajo Social. Varios son los post en los que explicaba como lo menciono y defiendo en entornos empresariales. Pero si es cierto que, en muchas ocasiones, sentía que faltaba un adjetivo que no terminaba de encontrar.
El adjetivo era para denominar como ejercía y me vendía como profesional. ¿Era ejercicio libre? ¿Tenía un «gabinete» o empresa? ¿Innovador por lo de aplicar el Teatro y la creatividad? ¿Trabajo Social privado o de Empresa? Demasiadas cuestiones que me costaba dar respuesta. Y os aseguro que lo intentaba, acudiendo a unos y otros eventos sobre el asunto. O charlando con colegas profesionales que estaban también emprendiendo «solos ante el camino».
Porque sí, ese era el factor común que encontraba. Todos y todas lo que hacíamos era emprender. Crear proyectos, ser jefes a la par que trabajadores, firmar contratos y colaboraciones «no laborales» (entiéndase como contrato de trabajo), hacer labores comerciales… Y unas cuantas cosas más que conllevan eso del Emprendimiento.
Ahora bien, a la hora de que labores ejecutábamos o cómo enfocábamos las relaciones comerciales, a mí me generaba dudas. Porque yo no hacía labores propias del Trabajo Social (como diagnósticos, informes, peritajes…). Ni tampoco tenía un nombre de marca no asociado a mi persona.
Mis características como Trabajador Social Freelance
Con todo ese contexto comentado anteriormente, tras todas esas charlas, debates y reflexiones en torno a las cuestiones planteadas, acabé concluyendo que yo era un profesional Freelance del Trabajo Social. Y lo mejor, que me resultó curioso recordar que ya había escrito sobre esta idea en mi primer año de blog, antes de arrancar mi aventura emprendedora.
Claro, ahora diréis: ¿por qué? Pues parto de la idea que freelance es el término anglosajón utilizado para autónomo, es cierto. Pero, también es cierto que se asocia a una serie de características que también me llevaron a ello:
- Soy mi propio jefe: sí, algo así de sencillo. Soy mi propio jefe y trabajador. Aunque bueno, a veces hago la broma que mi «yo personal» (Israel en toda su amplitud) es quién manda en mi «yo profesional».
- No formo parte ni tengo una empresa: esto es desde el aspecto de estructura empresarial, ya que yo me encargo de todos los «departamentos». Bien es cierto que muchas veces contratas a otras personas o empresas para que hagan ciertas tareas, pero la relación es mercantil y no laboral (con contrato de trabajo).
- No tengo visión de ser empresa: partiendo de lo anterior, en mi desarrollo profesional no está a la vista el crear una empresa con la que contratar personal. En todo caso «subcontrataré» servicios concretos o estableceré sinergias de trabajo con profesionales o empresas.
- Utilizo una marca personal: a la hora de vender mis servicios, lo hago bajo Israel Hergón (marca personal en toda regla, porque me llamo Israel Hernández González). En cambio, hay personas que utilizan una marca, diferente a su nombre (2 compañeros de BlogoTSfera como ejemplo: Javier Espinosa > Jábega Social / Jose María Regalado > Inmersion TIC). Esto se visualiza en las tarjetas de visita, puesto que aparecen un «nombre de empresa» y «nombre del profesional» (con su «puesto» en la empresa).
- Trabajo por proyectos: esto es algo que expliqué el año pasado, en mi post por el Día del Trabajo Social. No tengo un puesto de trabajo fijo (ni lo busco… en principio). Sino que trabajo con diferentes entidades, en diversos proyectos con una duración concreta. Y encajo las propuestas según agenda. Lo que me lleva a trabajar, algunos días, hasta en 3 o 4 «proyectos» diferentes.
- Vendo un perfil profesional: cuándo me preguntan qué hago, más que explicar una retahíla de productos establecidos, hablo de espacios profesionales dónde puedo trabajar, generando soluciones a medida. En definitiva, estoy ofreciendo a un profesional formado en Trabajo Social, con una serie de habilidades, capacidades y recursos. Y, en mi caso concreto, me centro en la confluencia de la Intervención Social con el Teatro, Cuentos, Arte y Creatividad.
- Legalmente, mi relación es mercantil y bajo mi persona: por último, el aspecto que considero menos importante… pero también se ha de tener en cuenta. Se resume en que estoy dado de alta en Seguridad Social en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), en Hacienda en el IAE (Impuesto Actividades Económicas, que conlleva una serie de obligaciones fiscales), emito facturas (no tengo nómina) y facturo con mi NIF, que es el mismo que mi DNI (no tengo un CIF, como las empresas, asociaciones…).
Aclarando y concluyendo
La confluencia de estas 7 características son la que me llevan a denominarme Trabajador Social Freelance. Y por eso decidí ponerlo así en mis últimas tarjetas de visita. Ahora, hay unos puntos aclaratorios que considero oportuno explicar:
- Reconozco que busco generar una diferencia frente a colegas profesionales que, siendo también del Trabajo Social, puedan estar llevando a cabo su labor desde otra perspectiva. O bien ofrezcan otro tipo de servicios.
- El término es conocido por mis clientes objetivo (empresas y entidades, principalmente). Esto facilita la comunicación a la hora de hacer networking y vender mis servicios. Y gracias a él pueden suponer ciertos aspectos importante a la hora de valorar una contratación.
- Algunas de las características comentadas también son aplicables a otras formas de emprendimiento desde el Trabajo Social, como el Ejercicio Libre (aunque definir sus características daría para otro post) o al crear un gabinete/empresa.
- Dependiendo de los proyectos, quizá no hago labores propias del Trabajo Social. Pero considero que no por eso dejaría de ser trabajador social. Es decir, con este adjetivo me centro en lo que soy y no en lo que hago.
Por último, mencionar que también utilizo esté termino como parte de una «estrategia» de Búsqueda Activa de Empleo. Porque, en principio, no busco un trabajo fijo. Pero si «escucharía» más que atentamente si veo una oportunidad o surge una propuesta muy a mi medida (lo que vendría a ser el «trabajo de mis sueños»). Y es bastante probable que aceptase.
[Imagen destacada: basada en «Trabajo de oficina». Descargada de Freepik]
Enhorabuena Israel! Muy interesante, estoy pensando en el tema freelance des de hace unos meses aunque quizás tengo un trabajo que se acerca «al de los sueños».
Voy leyendo a otros que ya estáis sumergidos, por si me resolvéis dudas.
Hasta pronto!