¿Puede una marca personal «comerse» a la persona? ¿Hasta qué punto se puede llegar cuando uno se convierte a sí mismo en un «producto»? ¿Tenemos los conocimientos, la formación, las herramientas y las habilidades para saber delimitar nuestro espacio profesional y personal cuando casi todo gira sobre el mismo eje?
No hace falta aclarar lo reflexivo que estoy hoy. Llevo casi 1 mes sin aparecer por estos lares. En parte, por asuntos profesionales, pero, también por asuntos personales. Todo este ajetreo de vida, sin parar, es lo que justo me ha hecho cuestionarme todo lo del principio. Y por eso hoy me apetece reflexionar en el blog sobre ello, quizá también a modo de «terapia» (al final entenderéis porqué).
¿A qué me refiero con el título?
En primer lugar explicar a que me refiero con que la marca personal se «coma» a la persona. Para mí es ese momento cuando la persona se define a sí misma tan solo por su lado profesional. Ese punto en el que tu actividad profesional, lo que haces para ganarte la vida, es lo único que utilizas para relacionarte con la gente. Y, si esto ocurre, hay un gran riesgo de «enfermar» (en sentido psicológico).
Bien es cierto que el tema de la adicción u obsesión por el trabajo es algo ya conocido y estudiado, que se asume además como un problema de la persona a solucionar. Pero, esto es normalmente asociado y enfocado en el trabajador por cuenta ajena. Ahora bien, ¿si tu trabajo es freelance, lo habitual de las marcas personales, algo cambia? Yo creo que sí, que es más difícil delimitar ambos ámbitos de tu vida, ya que en cuando eres autónomo, es más fácil caer en eso de trabajar las 24 horas del día. Sobre todo porque no existen horarios laborales estipulados, te lo has de delimitar tu. Y si, además, muchas de tus experiencias del día a día giran en torno a tu profesión.
Quizá esto último chirríe. Podemos pensar que no todos los autónomos están todo el día trabajando, que también quedan con amigos y charlan de sus problemas personales. De hecho es así. Pero, muchos de los casos de marca personal, la elección de ejercer tu trabajo como autónomo, es porque este te apasiona. Claro que al que trabaje para una empresa le puede encantar su trabajo, pero considero que la decisión de «sacarte las castañas del fuego tu sólo» (laboralmente hablando) está muy condicionada por sentir que, trabajando para otros, no podrás cumplir tu pasión (sobre todo en casos como el mío, que es muy artístico).
Así, considero que todo esto de la pasión puede provocar que muchas conversaciones con tus amigos giren en torno a tu trabajo, porque se convierte en el «centro de tu vida». Para que me entendáis, cuando uno está enamorado solo hace que hablar de esa persona, ¿verdad? Pues en este caso tu “enamorado” es tu trabajo. Y esto puede no acabar siendo sano para ti como persona.
Sobre el reconocimiento y las relaciones personales
Por otra parte, tenemos el asunto del reconocimiento. A todos nos gusta que reconozcan nuestro trabajo, pero el reconocimiento del trabajo de una «marca personal», sobre todo al comienzo, se basa mucho en la conversión laboral que tengas. Es decir, en la cantidad de trabajo que consigas. Y, para que esto ocurra, el mayor potencial son los contactos con personas, por lo que al comienzo buscarás relacionarte mucho con gente con este interés.
Teniendo en cuenta esto, si el contacto se mantiene y es habitual puede llegar a haber confusión con cuál es nuestra relación (¿somos «compañeros de trabajo», colegas, amigos… o incluso «algo más»?). Llegados a este punto, cuando tratamos de resolver esta confusión, en el fondo, nos veremos condicionados, porque lo que hemos conocido de la persona será su «ser profesional» y no tanto su «ser personal». Y, por no entrar en esta confusión podemos caer en el error de ponernos, constantemente, la máscara de nuestra marca personal, lo que no tiene porque hacer positiva la relación con esa persona si finalmente pasa a niveles más personales.
Esto último me preocupa bastante sobre todo por lo que cuestionaba al inicio, si sabemos separar. Pienso que los de mi generación hemos sido muy educados en la cosa de «ser alguien en la vida». Esta frase, más que nos pese, está muy marcada por lo que eres en el mundo laboral, profesionalmente. Esto me lleva al hecho que si no has tenido un desarrollo personal sano y positivo en la infancia y adolescencia (incluso en la «adultez»), puede llegar un punto en el que sólo te definas a ti mismo con lo que eres profesionalmente y tus relaciones personales se basen en tu «ser profesional». Y, llegado el momento de relacionarte de manera íntima con otra persona (vamos, tener una pareja) y tengas que mostrar tu lado personal, este tenga unas carencias que te haga tener malas experiencias una y otra vez (también podría aplicarse a relación de amistad, pero me fui al tipo de relación más profunda, donde se supone te abres más).
Concluyendo…
En definitiva, que la gestión de una marca personal, si no tienes las habilidades oportunas para que esta sea sana y positiva, puede llevarte, a largo plazo a tener una serie de problemas y dificultades en tu ámbito personal, a hacerte desaparecer como persona. Y todo esto que planteo lo digo desde mi experiencia, en la que he podido comprobar recientemente como Israel Hergón, mi marca personal, ha borrado casi por completo a Israel Hernández González, quién realmente he sido, soy y seré siempre.
P.D. Siento que en este post me he «abierto en canal», sacando algo muy personal, ante quién me sigue y puede ser «malentendido». Por eso aclaro unas cosas, por si acaso.
Primero, que no pretendo dar pena, lástima ni nada por el estilo. Segundo, que aunque pueda parecer contradictorio publicar esto en mi espacio de marca personal, no lo es porque para nada reniego que mi «ser profesional» también define quién soy como persona (pero sólo una parte). Tercero, que acepto que estoy «utilizando» algo que me ocurre en mi ámbito personal para mi lado profesional, pero lo intento hacer desde una visión positiva para mejorar como profesional y como persona. Y, cuarto, que tan sólo lo he escrito a modo de ordenar mis ideas en este aspecto y, decido publicarlo para compartir, por si puede servir para reflexionar a otros.
Yo no tengo marca personal. Me pegué mil años dejándome los cuernos con los estudios, para luego tener un trabajo nada que ver con lo mío y que no me aportó habilidades profesionales. Y ahora ni recuerdo lo que es trabajar. Es quizá porque me encuentro tan lejos de lo que comentas, que me ha interesado especialmente. Aunque igual no es algo tan exagerado, todo lo que has explicado me ha recordado un poco a los cantantes y actores. Ves a una persona sobre un escenario, más simpática o más antipática, y se tiende a idealizar, a pensar que todo… LEER MÁS >
Hola Israel, Hoy me ha gustado especialmente tu entrada de blog. Quiero decirte que comparto literalmente lo que has recogido en ella y que son cuestiones que yo misma me ha planteado en más de una ocasión. Para mi el desarrollo de la profesión de trabajo social es un asunto muy importante, y le dedico muchas horas de investigación y de estudio, para posteriormente compartir todo lo que voy descubriendo. Muchas veces me planteo si es bueno dedicar tantas horas al trabajo, aunque me guste, pues es cierto que cuando te acostumbras a estar todo el tiempo con los mismos… LEER MÁS >