De pronto te llega alguien que no conoces de nada y te dice: “he acabado la carrera y estoy pensando en seguir formándome, ¿qué máster o cursos me recomiendas hacer?”. ¿Cuál sería tu respuesta? Pues sobre esto reflexiono hoy en el blog. Sobre el proceso que considero oportuno para llegar a elegir formación complementaria.
Una consulta bastante habitual
Ya sabéis que imparto formación relacionada con el sector social. Mis talleres son de Teatro Social y de Comunicación Oral. Hasta ahora ha costado sacarlos adelante en general. Y sobre ello reflexioné en un post que escribí para Pedir Ayudas.
Por otra parte, a inicios de este año acabé un curso de Orientación y Promoción Laboral. Un área de trabajo que, aunque no he desarrollado aún cómo autónomo, está en el punto de mira. Y en la que, uno de los aspectos que se trabajan es la orientación formativa.
Relacionado con todo esto, hay algo que me encuentro en las redes sociales. Una consulta repetida que, de vez en cuando, surge en los grupos de Trabajo Social de Facebook. La pregunta va relacionada con orientación para escoger cursos o formación complementaria. Para hacer después de haber acabado la carrera universitaria.
Este último hecho, habitualmente, me genera desasosiego. Sobre todo por las respuestas que veo. Porque estas, mayormente, tienen un enfoque con el que no suelo estar muy de acuerdo. Pero claro, ¿cuál es mi respuesta? ¿Cuál es el proceso que considero más positivo elegir formación complementaria? He ahí la cuestión. Y lo que quiero plasmar hoy aquí.
Las 3 preguntas clave para elegir formación complementaria
¿QUÉ TE GUSTA DE VERDAD?
Puede parecer insulsa y amplia a bote pronto. O demasiado fácil de responder. Pero, hay que hacerlo tomándose el tiempo y la honestidad. Así, te darás cuenta que lleva un tiempo hacer un listado. Y que, quizá, no es tan largo como pensabas.
Para mí esta primera pregunta es clave. Puedes hacerlo de cabeza, con papel y boli o en una nota del móvil. Date unos días y ve pensando que cosas te gusta hacer especialmente, con cuales disfrutas más. Piensa en temas y acciones. Y no digo solo profesionalmente, sino personalmente. Por ejemplo, pueden salir cosas como el deporte, la música o la comunicación. O investigar, analizar o enseñar.
A mí me resulta positivo pensar en amplio, no cerrar ni concretar. Porque, con las siguientes preguntas ya se irá consiguiendo esto. Y, como decía antes, tampoco hay que esmerarse en hacer un largo listado. De hecho, si te salen demasiadas, busca clasificarlas y quedarte con las justas (unas 4 o 5 considero que es un número óptimo).
¿EN QUÉ TIENES TALENTO?
Damos un paso más para nuestra elección. Ahora seguimos pensando en amplio, sin descartar aún el plano personal. Porque está muy bien saber que te gusta, pero ¿qué sabes hacer mejor? ¿Qué habilidades o capacidades tienes más desarrolladas?
Con esta cuestió empezamos a concretar. Porque te puede gustar la música, pero ser muy nulo para tocar instrumentos. En cambio, te gusta el deporte y prácticas habitualmente alguno en concreto. O disfrutas con todo lo que tiene que ver con la sociología. Y, además, tienes una alta capacidad para analizar con detalle rápidamente lo que otra gente tarda tiempo.
Aquí también es interesante tener en consideración la experiencia. Porque hay cosas en la que uno tiene talento por que ha entrenado las habilidades y capacidades durante muchos años. Y eso es importante tenerlo en cuenta. Pero también hay que dar espacio y validez a esos “talentos naturales”. Sobre todo porque muchas veces son con los que más disfrutamos.
¿QUÉ TIPO DE TRABAJO TE GUSTARÍA DESARROLLAR?
Llegamos a la última pregunta. La que va a encauzar totalmente nuestra búsqueda de formación. En la toma de decisión de cuál camino escoger. Porque, ahora sí, ya empezamos a pensar en el plano meramente profesional. Y a tener en cuenta, en parte, el mercado laboral.
En este punto tenemos que responder en qué espacios laborales son en los que nos encontraríamos más cómodos. O con cuál rol profesional podrías decir eso de: “disfruto de mi trabajo”. Porque no es lo mismo ser formador/profesor que investigador. Ni trabajar con personas directamente que coordinar un proyecto.
Aquí cabe indicar que las respuestas tendrán mucho que ver con la trayectoria profesional que te gustaría llevar. Además, que hay que tener en cuenta que, en ocasiones, uno tiene que empezar haciendo trabajos relacionados con lo que no disfrutamos tanto. Pero que llegará un momento que tengamos posibilidad de alcanzar ese puesto de trabajo deseado.
¿Y qué hacemos con este cocktail de respuestas?
Una vez tenemos todas las respuestas anotadas, habrá que ponerse manos a la obra en la búsqueda de formación. Internet será un gran recurso para ello. Y preguntar recomendaciones a otras personas también puede ser interesante y oportuno.
Sí, ese recurso que me generaba desasosiego ahora lo veo útil. Principalmente por un factor. Ahora, nuestra solicitud de información será mucho más concreta y cerrada. De hecho hay veces que veo este tipo de consultas. Y ante esas no tengo nada que objetar. Porque las recomendaciones serán de un curso en concreto, de una academia o de un centro formativo.
Por otra parte, acepto también que, a la hora de tomar esa decisión final, se podrán tener en cuenta otros factores. Por ejemplo, escoger antes un curso que sea baremable para oposiciones (si es que ese es tu camino). O cursos que tengan una certificación válida de cara a bolsas de empleo. Pero al menos sabremos que nuestra elección va en la dirección de nuestro propio camino. Y no en lo que el mercado laboral pueda poner de moda en ese momento (como muchas veces ocurre).
En conclusión, que cuándo alguien pregunta sobre “¿qué formación puedo hacer?” realmente hay dudas sobre que trayectoria profesional seguir. Qué esta duda en las redes sociales va a ser muy difícil que te las respondan correctamente. Y que lo mejor que se puede hacer ante ella es buscar un Servicio de Orientación Laboral. Porque ahí es dónde van a ayudarte a enfocar bien la búsqueda de la respuesta.
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