«A mí no me engañas con unos mensajes supuestamente modernizadores». Eso le diría al Papa Francisco, a raíz de ciertas declaraciones realizadas la semana pasada, durante su presencia en Brasil por las JMJ (donde habló de la laicidad del Estado) y posteriormente (hablando del colectivo gay). Sobre todo se lo diría porque, en su transfondo, no ocultan más que mantener las mismas ideas de hasta ahora. Y porque lo único que hacen estos mensajes es que sigan siendo los mismos perros con distinto collar.
Hoy os hablo de un tema algo “desactualizado”, pues ocurrió la semana pasada. Por las circunstancias del accidente de tren en Santiago las declaraciones pasaron bastante desapercibidas. Por mi parte, aunque las leí, también decidí dejarlas apartadas porque lo referido al accidente, en ese momento, me resultaba más importante (por la empatía con el dolor y por la indignación con el tratamiento en medios y los políticos). Ahora bien, como dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, esta semana volvió a aparecer el tema del Papa Francisco y no quise dejarlo en el tintero.
Como en otras ocasiones, una publicación en Facebook me dio pie a querer plasmar en el blog el tema. Esta vez fue otro compañero de instituto, Charlie Round (que actualmente se encuentra en EE.UU.) el que reflexionaba en su muro sobre las declaraciones del Papa Francisco y el supuesto aperturismo del Vaticano. Su reflexión, comparando el Vaticano con otras facciones e iglesias del Cristianismo (en el tratamiento al colectivo gay), me pareció bastante oportuna para explicar mi frase del inicio del post y por eso os dejo con ella:
Tanto que se está hablando en estos días de la magnanimidad moral y el lento «aperturismo» del Vaticano con las declaraciones del Papa Francisco sobre la homosexualidad, ¿por qué no se dice nada sobre las otras facciones e Iglesias del Cristianismo mucho más abiertas y, en comparación con esa catacumba de momias que es la Iglesia Católica, realmente modernas?
La gente aplaude en todo el mundo a este señor porque dice que no tiene nada en contra de los gays que buscan a Dios, por lo cual podemos deducir que el resto de gays son los mismos apestados de siempre y quedan eternamente excluidos de su bendición y condenados a las llamas del infierno, pero nadie habla por ejemplo de la Iglesia Episcopal, al menos en su vertiente norteamericana, que no sólo aceptan a los gays en su seno sino que además pueden ser sacerdotes, casarse si la legislación del Estado lo permite, además de que también a las mujeres les está permitido el sacerdocio, cosa que Bergoglio responde tajantemente que ese tema ni siquiera se discute. Como dato, sabed que el arzobispo de esa iglesia en Indiana es una mujer. Muy maja y sencilla, además. Cambios que tuvieron el valor de realizar aún creándose grandes problemas entre ellos mismos y a costa de seguramente perder un buen número de feligreses.
Así que por favor, a quiénes creáis que estos señores están avanzando, no os dejéis engañar por la propaganda. Siguen siendo los mismos cavernarios de siempre. Obviamente, las palabras son pequeños gestos pero teniendo en cuenta que forman parte de una organización que tarda medio milenio en reconocer una simple evidencia científica creo que sería demasiado ingenuo creer que van a cambiar. Al menos en el curso de los siguientes siglos. Yo desde luego que si fuera cristiano me iría con los otros, que siguen creyendo profundamente en Dios pero por lo menos viven en el año 2013.
Charlie Round
[Imagen de cabecera: El Pais. Bajo Licencia Copyright]
Te comento esta entrada porque estoy de acuerdo contigo. Yo siempre lo he visto un poco como el mismo perro con distinto collar. No creo de todas formas que pretenda engañar a nadie. Lo que creo yo que tiene en mente es que la iglesia se centre en otras cosas fuera de lo de siempre. ¿Y qué es lo de siempre? Pues, por ejemplo, el aborto, los divorciados, en fin, que hay otras cosas donde la iglesia puede aportar y que están más de actualidad. Centrar el debate en los temas «clásicos» no aporta prácticamente nada y eso Bergoglio lo… LEER MÁS >