Un año más, llegó el #DíaTS. Llegó nuestro día de celebración. Nuestro día de reivindicación. El día de dar visibilidad a una disciplina profesional de la que, en muchas ocasiones, la población tiene una imagen distorsionada o poco clara. Llegó el Día Mundial del Trabajo Social 2017.
Celebrando el #DíaTS participando en el «Festival de blogs»
En este 2017, esta publicación por el #DíaTS viene condicionada por una convocatoria lanzada desde la BlogoTSfera. Y es que, hace cosa de un mes, se propuso celebrar un «Festival de blogs». Promover que todos los blogs de Trabajo Social publicásemos una entrada. De esta manera, podríamos dar mayor visibilidad a la celebración en las redes sociales.
Con esta convocatoria, además, se nos motivó a hablar del lema de este año: «Promoviendo la comunidad y los entornos sostenibles». Lema que, como siempre, viene enmarcado desde la FITS. Y que cuándo lo conocí me resultó interesante, ya que ponía en valor el Trabajo Social Comunitario.
Así que, me uno a la celebración y a la convocatoria. Porque este lema es algo que me toca de lleno desde mi enfoque profesional. Esta unión de Teatro, Cuentos, Arte y Creatividad con el Trabajo Social, tiene en la intervención comunitaria uno de sus principales campos de actuación.
El Trabajo Social mueve engranajes
Durante los último meses del 2016, la FITS lanzó un concurso por el cartel del Día Mundial del Trabajo Social 2017, con ese lema. Yo, que algo le doy al diseño gráfico, me lancé al reto. Y cree un par de propuestas que envié. En ambas añadí un segundo lema: «Moviendo los engranajes» (la imagen de portada esta basada en una de las propuestas).
Considero que en eso consiste la intervención comunitaria desde el Trabajo Social, en mover engranajes, en tejer redes. En facilitar que el sistema social funcione, siempre teniendo en cuenta la voz de todos los agentes implicados. Agentes que podríamos englobar en 3 grandes grupos: Ciudadanía, Gobierno y Organizaciones (empresas, asociaciones, fundaciones, etc.).
En esta labor, nuestra formación y visión poliédrica, resulta más que oportuna ya que permite entender y manejar mejor las realidades de esta tríada. De esta manera, las soluciones que puedan llevarse a cabo para ciertas problemáticas sociales, tenderán a ser más efectivas y eficientes, ya que habrán sido elaboradas de manera conjunta. Y, además, cada parte podrá poner de su parte, según su rol, una serie de acciones que favorezcan se llegue a buen puerto.
Poniendo un ejemplo
Al hablar de todo esto, inevitablemente, me viene a la cabeza una experiencia práctica que conocí hace tiempo. En un curso sobre “Procesos participativos para educación ambiental” (no recuerdo exactamente el nombre, pero era este tema), nos presentaron varias experiencias que habían funcionado. Una de ellas fue la del Centro Social Seco y su lucha en el Barrio de Las Adelfas, en Madrid.
Este espacio, comenzó su andadura ocupando un antiguo colegio para crear el centro cultural en el barrio (ya que no existía y el Ayuntamiento no tenía intención de crearlo). En él se organizaban actividades de todo tipo, entre ellas el «Festival de Cine Social Las Californias» (uno de los primeros festivales de este género en España).
En cierto momento, el barrio sufrió una notable degradación como consecuencia de la paralización, por parte del Ayuntamiento de Madrid, del Plan Especial de Remodelación Interna. Por ello, el colectivo que gestionaba el Seco, junto a la A.V. Los Pinos de Retiro Sur, se unieron para movilizar a la ciudadanía.
Así comenzó una lucha vecinal, en la que participaron gran cantidad de personas, presentando propuestas de remodelación para el barrio, con un Plan Urbanístico alternativo. Además, siempre exigiendo dos condiciones: el realojo en la zona de sus vecinos y el realojo de las actividades del centro en un local municipal ubicado en el distrito.
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Finalmente, la remodelación se llevó a cabo con ciertas propuestas realizadas por la ciudadanía y la primera condición cumplida. Y tras un pulso con la administración, el Centro Social Seco fue realojado. Este último hecho constituyó el reconocimiento, por parte del Ayuntamiento, del valor del trabajo desarrollado por este espacio autogestionado.
El asunto no quedó ahí. El espacio sigue funcionando. Aunque sí que volvieron a tener problemas en 2013, porque querían desahuciarles del lugar reubicado. Y el barrio volvió a movilizarse bajo la llamada «Alerta Rosa». La lucha, de nuevo, consiguió el objetivo, un nuevo realojo del Centro Social Seco.
¿Empezamos a mover los engranajes?
Dicho todo esto, con esta experiencia de ejemplo de fondo, me surge cierta pregunta. ¿Un proceso como el comentado no podía haber estado propuesto, coordinado, gestionado y facilitado por profesionales del Trabajo Social?
Obviamente, mi respuesta es claramente afirmativa. Considero que procesos como el contado cumplen con el lema del día de hoy: promover la comunidad y el entorno sostenible. Y que tenemos la formación, visión y capacidades para poder estar al frente de ellos.
Así, solo depende de nosotros tomar los mandos de los engranajes y hacer funcionar iniciativas que vayan en esta línea. Y para ello, considero que debemos tener en cuenta estos 3 aspectos:
- Asumir el rol de facilitador de procesos comunitarios de cara a la ciudadanía.
- Reivindicar nuestro espacio laboral en las diferentes entidades.
- Y luchar porque las Administraciones Públicas incluyan este tipo de proyectos en los planes de Política Social
[Imagen destacada: Elaboración propia. Basada en propuesta cartel «Día Mundial del Trabajo Social 2017», presentada al concurso de la FITS]