¿Es lo mismo emprender e innovar? ¿Están relacionadas en ocasiones? ¿Qué proyectos son emprendedores y cuáles innovadores? ¿Qué factores determinan que sea una cosa y/o la otra? Todas estas cuestiones (y algunas otras similares) son las que me vengo haciendo de un tiempo a esta parte. Y escribí este post, para aclarar ideas sobre emprendimiento e innovación.
Mi recorrido «investigando» y reflexionando
Llevo 3 años en esto del emprendimiento y la innovación. 3 años en los que me he relacionado con múltiples profesionales de una y otra vía. No solo del sector social, sino con todo tipo de empresas y profesiones.
Gracias a esto, en este recorrido no he dejado nunca, además, de investigar y reflexionar sobre lo que iba conociendo. Me paraba a escuchar detenidamente lo que cada uno tenía que decir al respecto del emprendimiento e innovación. De hecho de ahí surge también las entrevistas que, desde hace un tiempo, vengo realizando para el blog.
Ahora, pasados estos 3 años puedo decir que he visto en varias ocasiones utilizar los términos cómo sinónimos. Esto lo he percibido, principalmente, en el sector social. Porque en otros si se utilizaba más claramente como diferentes. Eso sí, en todo momento he encontrado casos dónde coinciden.
Emprender e innovar: 6 claves para aclarar conceptos
Desde todas estas experiencias y reflexiones, he sacado algunos items que permiten, a mi parecer, ordenar ideas y aclarar conceptos. Eso sí, me centraré en lo relacionado al Trabajo Social para los ejemplos. Aunque, por supuesto, es aplicable al sector social en general. Incluso otros sectores.
EMPRENDER NO IMPLICA INNOVAR
Cuando uno arranca con un negocio o idea, esta no siempre es novedosa. Por ejemplo, montar un bar, es emprender, pero si pones cañas, tapas de queso, jamón y tortilla, no has innovado nada. Por esto, se podría decir que siempre hay más proyectos emprendedores que innovadores.
Así, en lo social, montar un Centro de Día para personas mayores, realizar Peritaje Social o un gabinete de Mediación es un proyecto de emprendimiento. Pero similares a estos ya existen bastantes, por lo que no será innovador per se.
INNOVAR SI IMPLICA EMPRENDER
Si tienes una idea diferente y quieres que esta se lleve a la realidad, de una u otra manera va a ser necesario el emprender, arrancar con ella. Sino, por muy innovadora que sea esta nunca podrá considerarse como tal.
Por ejemplo, mi caso concreto. Yo tenía esta visión de aunar Arte y Trabajo Social. Pero todo se hubiese quedado en el limbo si hace 3 años no hubiese decidido lanzarme a la aventura de ser freelance. O un caso que conozco de primera mano, la Asociación AIRES, que trabaja con personas si hogar utilizando el modelo «Housing First».
EMPRENDER O INNOVAR NO SIEMPRE ES MONTAR UN «NEGOCIO»
Al hablar de emprendimiento e innovación se suele asociar, habitualmente, con crear una empresa, asociación o ser autónomo. Esto no siempre es así, ya que se puede hacer en nuevos productos o servicios. Incluso hasta se puede emprender e innovar en metodologías y procesos.
Por ejemplo, si yo ya tengo un Centro de Día funcionando desde hace 5 años, y decido iniciar un nuevo servicio de terapia con animales, que antes no tenía. O tienes una asociación que trabajas con personas sin hogar, y te presentas a una convocatoria de proyectos de Teatro Social lanzada por una obra social.
NO SOLO EXISTE INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
Esto va muy relacionado con la idea anterior. Es habitual pensar que la innovación es algo relacionado con la tecnología. Que son proyectos en los que está presente la informática, las redes sociales, la realidad virtual, las apps… Pero nada más lejos de la realidad. Porque también existe innovación sin necesidad de que esta este presente.
El claro ejemplo de este aspecto es el uso del Teatro y el Arte en la intervención social. Esto, al fin y al cabo, es innovar en cuanto a metodologías de intervención en este caso. Y son varios los proyectos que conozco (algunos he hablado por aquí) como: La Rueda Teatro Social, Tres Social o Akántaros.
EXISTE INNOVACIÓN Y EMPRENDIMIENTO DENTRO DE LAS ORGANIZACIONES
Cuándo uno habla de estos conceptos, mucha gente visibiliza lo comentado anteriormente, de que creas algo para ti, para «cuenta propia» (aunque no seas autónomo). Pero ocurre que también hay innovación y emprendimiento intraempresarial, dentro de la organización en la que trabajas. De hecho poco a poco se va instaurando en ciertas organizaciones el realizar acciones para fomentar que esto se produzca por parte de sus empleados y equipos de trabajo.
Como ejemplo en lo social, cuando pienso en esto, me suelen venir a la cabeza 2 compañeros de la #blogoTSfera: Nacho Santás y Jose María Regalado. El primero ha innovado y emprendido proyectos dentro de Servicios Sociales. Y el segundo dentro de La Rueca Asociación, con el tema de proyectos que aúnan nuevas tecnologías e intervención social.
INNOVAR DEPENDE DEL CONTEXTO
La innovación va muy relacionada con el tiempo y el lugar en el que se produce. Lo que hoy es innovador, dentro de un tiempo no lo será. Es decir, durante un tiempo la idea será novedosa y diferente, incluso se replicará, pero serán pocos los proyectos similares. Pero llegado un momento en el que se ha replicado bastantes veces y empieza a ser habitual, ya será solo emprendimiento.
Además, el aspecto del lugar es algo muy habitual oírlo en formaciones de este campo: intentar trasladar ideas que funcionan a otro barrio, país o ciudad. En definitiva, algo se considera innovador desde el punto de vista del receptor, del «público objetivo».
Esto, en el caso del Trabajo Social, debemos pensar que lo planteado por Mary Richmond en su momento fue innovador, pero ahora ya no lo es. Más bien al contrario, porque es una de las bases de nuestra labor. O con el tema del lugar, es fácil encontrarse el replicar proyectos o usar metodologías en España que en Latinoamérica llevan funcionando mucho tiempo.
Concluyendo
El primer aspecto es que estas ideas no son «estancas» en si mismas. Es decir, no podemos evaluar si un proyecto es emprendimiento o innovación solo por 1 de los ítems. Sino que será necesario combinarlos para obtener un análisis más objetivo y sostenido.
Por otra parte, que estas ideas no buscan dar más valor a una cosa que la otra. Muchas veces parece que es necesario innovar para emprender. O que la innovación tiene más valor que el emprendimiento. Pero considero que no es así. Emprender es una aventura tan arriesgada (o incluso más en ocasiones) como innovar. Y quién se lanza a ello necesita de tantas capacidades y habilidades como el que innova (algunas iguales y otras diferentes).
En último lugar, recordar algo que se ha mencionado por encima: todo esto no tiene nada que ver con ser autónomo, freelance, trabajar por cuenta propia. O tampoco, estrictamente, con una visión empresarial de negocio. En cierta medida, esa es mi realidad, es cierto. Pero estas ideas están realizadas desde un análisis mucho más abierto, desde una visión amplia del concepto «Proyecto».
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