Una fiesta donde la palabra dicha y el cuento invaden la ciudad durante un fin de semana. Así definiría yo el Maratón de Cuentos de Guadalajara en base a mi experiencia del año pasado. Una experiencia de la que disfrute muchísimo y que el mes que viene volveré a disfrutar. Y es que es un evento alrededor de la magia de los cuentos, pero también son de los que hacen comunidad.
Hoy me voy a mi vertiente más cuentera, de la Narración Oral, sin olvidarme de mi vertiente social. Pero es que la ocasión lo merece. Porque llega junio y con él uno de los eventos más especiales para este oficio. Y es que el próximo 14, 15 y 16 de junio se celebrará en Guadalajara el 22 Maratón de los Cuentos. Un maratón organizado conjuntamente entre el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Gudalajara (SLIJGu) y la Biblioteca Pública del Estado de Guadalajara.
Este Maratón se celebra desde 1992 (sin interrupción). Todo comenzó como una «locura» de tres personas muy unidas al mundo del cuento, Blanca Calvo, Estrella Ortiz y Eva Ortiz (Pep Bruno os las presenta más y mejor en un artículo para AEDA). Como cuenta Pep Bruno, charlando entre cafés deciden celebrar de una manera especial el Día del Libro… con un maratón de cuentos que durase 24 horas. Fue un triunfo, lo que llevó a querer seguir, organizando el año siguiente otra edición, pasándose al tercer fin de semana de junio y durando ya las actuales 46 horas. Y así hasta nuestras fechas.
A lo largo de los años, varios hechos me resultan importantes para explicar a lo que me refiero con hacer comunidad (todo desde mi valoración personal después de leer artículos y lo que percibí el año pasado). El primero de todos, que, como bien resalta Pep Bruno (en el artículo antes mencionado y enlazado), durante los años 80 la labor del SLIJGu en torno a la Animación a la Lectura fue «lluvia fina» (utilizando una frase típica del propio Pep) a favor de la Narración Oral y el cuento.
El segundo hecho es el relativo a como la ciudad, todos sus habitantes, han hecho suya esta fiesta. La ciudad, durante este fin de semana se vuelca en torno al maratón. Participan gran multitud de voluntarios, el entorno del Palacio del Infantado (la sede principal) se llena del ambiente mágico, multitud de grupos y asociaciones participan activamente (con maratones complementarios, como el de fotografía o de ilustración)… Sirva como ejemplo (yo mismo lo comprobé el año pasado) que grupos de colegios o padres con hijos suben al escenario para contar, habiéndose dedicado un tiempo de trabajo para hacerlo (en este maratón no se pueden leer los cuentos).
Otro hecho ha sido su externalización respecto a la sede. Me parecen muy positivas acciones como el Maratón Viajero (mini-maratones previos en otras ciudades de la provincia) o la Palabra Viajera (sesiones de cuentos en residencias, hospitales, centros de mayores… para la gente que no puede desplazarse hasta el escenario principal). Esto demuestra un afán de llevar esta fiesta a todo el mundo, que nadie se quede sin escuchar cuentos. Y esto, al fin y al cabo, es igualar las oportunidades en lo que respecta al acceso al ocio y a la cultura.
Por último, dos hechos más relacionados a la comunidad del oficio, de la Narración Oral. El primero, ocurrido en la edición de 1997, que se organizo un maratón en el que se invitó a participar a un narrador de cada Comunidad Autónoma. Si en los 90 hubo un pequeño resugir del oficio, este encuentro unifico fuerzas, como bien destaca Pep Bruno, promoviendo acciones posteriores que lo fomentasen. El otro hecho fue en la edición de 2001, haciendo un maratón en el que se invitó a un narrador de cada país de la UE.
Ambas ediciones propiciaron que los profesionales del cuento se uniesen, se viesen las caras, se marcasen horizontes comunes, un trabajo más conjunto, no solo en España sino internacional. Para mí, el mayor ejemplo de esto lo vemos en la edición de este año. Una edición denominada «Historias de Cueva en Cueva», con el que se ha promovido un proyecto de intercambio cultural a través de la narración oral, llevando a cabo una experiencia de encuentro en Sudáfrica, entre narradores europeos y sudafricanos.
En resumen, que este maratón gira en torno a los cuentos pero que, indirectamente, hace un trabajo comunitario extraordinario. Consigue que la ciudad de Guadalajara se reúna durante un fin de semana con un mismo objetivo, disfrutar de un valor cultural que la caracteriza. Porque, gracias al Maratón de Cuentos de Guadalajara, la ciudad se ha convertido en una «ciudad de cuento», referencia para el cuento y la narración oral. Y eso es un valor cultural que merece la pena conservar porque el cuento, sobre todo si es de la tradición oral, pertenece al pueblo.
P.D. 1 El pasado domingo pasé por La Hora Léptica y hablé de este evento.
P.D. 2 Acudiré al Maratón de Guadalajara y participaré contando el sábado 15, a partir de las 19:15, junto a mis compañeros de La Escuela de Cuentacuentos y Sin Venir a Cuento. Pero estaré desde el jueves 13, ya que también participaré en la contada “En la puñetera calle”, a las puertas del Teatro Moderno, organizada por AEDA y Asociación de Amigos del Moderno.