Una necesidad de reinventarse. Una apuesta por trabajar en equipo para complementar talentos y habilidades. Formarse para cubrir carencias de la carrera universitaria. Estos son los puntos clave de la experiencia emprendedora de Virginia Ropero, trabajadora social.
Poniendo en situación
Hace una semana publicaba una entrevista realizada a Centro ADA, un nuevo proyecto de emprendimiento social. Dicho emprendimiento tenía la característica de ser en equipo multidisciplinar, contando entre sus filas con una trabajadora social.
Esta trabajadora social es Virginia Ropero. Con ella compartí etapa universitaria en el Grado en Trabajo Social en la UCM. Y ahora, tiempo después de acabar la carrera, hemos retomado el contacto debido a su participación en este emprendimiento.
El contacto se materializó con un encuentro que tuvimos para conocer su centro. Allí estuvimos compartiendo no solamente el funcionamiento de este, sino algunos aspectos de este mundo del Emprendimiento. Y, especialmente, como es hacerlo desde nuestra posición de trabajador/a social.
Compartiendo su experiencia emprendedora
En aquella reunión que mantuvimos salieron a la luz varias ideas y aspectos que me resultaron interesantes. Su experiencia emprendedora era diferente a la mía. Y, también, a otros que han pasado por aquí. Por eso, al igual que otras veces, le he lanzado algunas preguntas. Aquí os dejo con sus respuestas:
Para empezar, personalmente ¿que te llevo emprender? ¿Por qué hacerlo como parte de un equipo?
Salí de la carrera y tras mucho insistir, vinieron las primeras ofertas. He estado 4 años trabajando en varios sitios, el último año a jornada completa en un Centro y cuando esto acabó, llegó la necesidad de reinventarme. ¿Volver a Salud Mental?, ¿seguir en la misma línea del Trabajo Social Educativo?, ¿tirar por otros caminos?…
En los últimos meses y después de algún intento, tenía dos opciones: o seguir quejándome de la falta de oportunidades; o mirar hacia el futuro y decidir dónde quería llegar. Steve Jobs decía que el tiempo es tan limitado que no se puede desperdiciar viviendo la vida de otros. Por todo esto es por lo que me embarqué en esta aventura. El detonante, una llamada de una compañera y amiga un martes a las 11 de la noche. Y al día siguiente estábamos buscando local.
Respecto a hacerlo en equipo, creo que la sensación de pertenencia es más gratificante y tiene más beneficios que el trabajo individual. Además, no entiendo una intervención de uno a uno. Nuestro valor añadido es que ya nos conocemos trabajando, a veces, una mirada dice más que mil palabras y en eso somos unas expertas. Trabajar en equipo hace que se complementen los talentos y las habilidades, además de adquirir nuevos conocimientos.
Sabemos que tu emprendimiento ha sido en equipo multidisciplinar, pero ¿cuál es tu papel exactamente? ¿Que tareas y funciones realizas en la atención de los casos? ¿Y en el funcionamiento del centro?
Primero de todo, decir que el Trabajo Social está inmerso en Centro ADA como un eje vertebrador más. Nosotras queremos que nuestras familias se sientan acompañadas en el proceso terapéutico. Para ello, mi función principal es la del acogimiento y asesoramiento familiar de los pacientes, durante su paso por el centro en cualquier tipo de terapia.
Respecto a la parte más burocrática del Trabajo Social, también damos servicios. Así apoyo en la gestión de becas y otros «trámites sociales» (por ejemplo, con Servicios Sociales o la obtención de certificado de discapacidad). Además, las Evaluaciones Psicopedagógicas que hacemos en Centro ADA se hacen desde una perspectiva multidisciplinar. Y mi intervención en dichas evaluaciones es una parte importante, pues realizo un análisis en profundidad de la conducta y el comportamiento social/vida diaria de la persona.
Por supuesto, dentro de mis labores, también hay relacionadas con una de mis experiencias más positivas: el trabajo de intervención en grupo con niños y adolescentes. Esta tarea tiene mayor peso los primeros meses, en los que dirijo el grupo. Pero conforme va avanzando el curso, y a través del empoderamiento, los propios participantes son capaces de llevar ellos el grupo, tomando yo una posición más de observadora.
Añadir que compatibilizo estas tareas con la intervención terapéutica familiar más directa. Gracias a mi formación en Sistémico, hago intervención con aquellas familias que lo necesitan. En la actualidad, llevo diferentes casos, entre los que se encuentran problemáticas con adolescentes, familias reconstituidas o gestión de crisis por la llegada de un nuevo hijo al sistema familiar.
Por último, mencionar la parte administrativa y de gestión del centro. El equipo sabemos que es un área muy importante para el desarrollo de la empresa. Pero como jóvenes emprendedoras, en esta primera etapa, mis socias y yo nos encargamos y repartimos las tareas, cuadrando con el resto de labores profesionales que llevamos a cabo.
Un aspecto que me comentaste, es que antes de lanzarte a la aventura te habías estado formando. Cuéntame un poco más sobre esto…
Sí. A parte de lo que te contamos del asesoramiento en ASALMA (al que fueron dos de los socios de Centro ADA), este año me formé en el Proyecto «Talento ON», que llevó a cabo la Asociación Eslabón en el Colegio de Trabajo Social de Madrid (en los meses de mayo y junio).
Esta formación me sirvió no solo para darme el empujón que necesitaba y hacer más red, sino también para entender y aprender cómo hacer bien las cosas. Y lo hice porque en el Grado de Trabajo Social no te enseñan cómo montar una empresa y hoy en día, en el que empezamos a hacernos un hueco en el mundo de la empresa, es algo que veo muy necesario.
Continuará…
Hasta aquí por hoy la entrevista. En este caso había varias preguntas que dieron mucho de sí, con unos aportes que me resultaba interesante fueran compartidos. Así que aquí acaba esta 1ª parte, en la que ha compartido más su experiencia y recorrido, como ha llegado ha esta situación de emprendimiento. Y en la próxima entrega compartirá más su visión, opinión y reflexiones entorno al Emprendimiento desde el Trabajo Social.
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