Un giro para ponerse a prueba como escritor. Un nuevo libro dónde el Trabajo Social ya no es tan protagonista. Una apuesta arriesgada por seguir sus motivaciones, más que los dictámenes del mercado y la audiencia. Un libro dónde pasa de la novela más pura a un texto más bien teatral. Con estas pequeñas afirmaciones considero resumo y enmarco mi crítica de «El libro negro de Philomeno», segundo libro del trabajador social y escritor Alejandro R. Robledillo.
Leyendo el libro «manuscrito»
Hace cosa de un par de meses casi, estaba yo preparándome la comida cuando llamaron al telefonillo. Era un paquete para mí. Yo esperaba unos flyers que había mandado imprimir hacía poco. Pero, al subir repartidor, vi que el paquete era muy pequeño. Al cogerlo y palparlo, intuí lo que era.
Efectivamente, mi buen amigo Alejandro R. Robledillo, me había enviado una edición «manuscrita» (más bien autoimpresión casera, como se ve en la foto) de su segundo libro, «El libro negro de Philomeno» . Como no, firmado con dedicatoria especial. Me sentí todo un privilegiado al tener eso entre mis manos. Podría leer su segunda obra antes que el resto del público. Eso dice mucho de la relación que mantenemos. Y de la consideración que tiene de mí como lector.
Porque si, de una manera indirecta, con ese envío había un «espero tu crítica» (al igual que hice con su primer libro). Durante los días siguientes devoré el libro. Aunque reconozco que lo hice a golpes, como tiendo a leer los libros de relatos. Al principio me entusiasmaba, me engatusaba. Pero, a la par, llegó un momento que me ocurría que reflexionaba mucho, me entraban muchas ganas de hablar y debatir al respecto de lo que leía. Por eso necesitaba tomarme pausas y descansos, para recolocar ideas y poder continuar disfrutando de la obra.
He aquí el pero que le pongo a este segundo libro. Por una parte, me agrada ese ritmo trepidante del diálogo entre los 2 personajes (solo aparece 1 más en «escena»). Pero, a veces, al ser tan sesudo, con largos monólogos de Philomeno, considero que no hubiera venido mal intercalar algún hecho narrativo, distendido, que no tuviera que ver con la trama principal. Al igual que realizó en su primer libro, «De gallegos, tucanes y trabajadores sociales».
Aportando al Trabajo Social, aunque pasa a un segundo plano
Obviamente, no podía faltar mi análisis en lo relativo a nuestra profesión. Este nuevo libro de Alejandro R. Robledillo, el Trabajo Social no resulta ser el protagonista. Aunque en parte si, por eso quizá podemos diferenciar 2 partes al respecto. El contexto si es de trabajo social, pero en cuanto la historia, al principio sí que se habla sobre aspectos de la disciplina. Pero, a partir de cierto momento, la historia toma un giro y esta pasa a un segundo plano.
Partiendo de ello, me surge definir esta novela como de «thriller sociológico». Sí, no me he equivocado. Porque lo psicológico está presente, desde lo literal, a través de unas sesudas reflexiones de Philomeno. Pero es sociológico porque la historia protagonista utiliza las dinámicas sociales, del comportamiento humano en la sociedad, para conseguir ese halo de misterio.
En definitiva, por como defino el libro, es lo que considero aporta al Trabajo Social. Creo que en la primera parte nos hará reflexionar muy mucho sobre nuestra disciplina profesional. Además, desde lo más puramente teórico con un prisma de práctica. Y cuestionando la necesidad de mayor cientificidad y arte, a partes iguales. Pero, en la segunda, nos aportará reflexionar mucho más sobre aspectos de Sociología y Psicología. Aspectos que seguro enlazaremos con teoría estudiada y casos prácticos vividos. Y esta reflexión puede hacer, sin querer per se, que nos propongamos mejorar en la valoración de los casos y las intervenciones que afrontemos.
Un par de críticas complementarias de recomendada lectura
En conclusión, un giro de artista
Con esta obra, Alejandro da una vuelta de tuerca a su estilo. De una novela con una historia central, con pequeñas anécdotas entrelazadas, ha pasado a un obra literaria más bien teatral. De hecho, dudo si denominarla novela, ya que todo el libro solo se desarrolla en un escenario (el despacho de un trabajador social). Y el diálogo entre el profesional y Philomeno es el recurso principalmente utilizado. Además, que apenas existen partes narrativas, más que para describir algo del escenario o de alguna acción realizada por alguno de los personajes.
También, ha dado un giro porque pasa de contarnos un caso de intervención a un asesinato (perdón por el spoiler, pero en la sinopsis él mismo lo cuenta). Ha querido contar otra historia que nada tiene que ver con el Trabajo Social. Pero, a la par, ha sido capaz de meter la disciplina y el quehacer profesional como motivación y contexto del protagonista.
Es en esto último dónde considero riza el rizo de una manera extraordinaria. Porque en la sinopsis dice que «Philomeno es un artista del crimen y dispuesto a superarse utilizará el Trabajo Social para sumar su muerte numero dieciseis». Además, ha denominado al protagonista como «el azote del trabajador social». Y a mí me ha dejado con la duda de si, en cierta manera, Philomeno no es su alter ego. Si a través de este libro, inconscientemente, no ha querido agitar los cimientos de la disciplina sin que parezca que lo hace.
En definitiva, con este libro, Alejandro R. Robledillo ha demostrado que, detrás de un simple trabajador social con ínfulas de escritor, hay todo un artista de la literatura. Y es que lo fácil habría sido seguir con el estilo y la saga del primero libro (eso le habría asegurado cierto éxito de ventas y crítica). Pero decidió apostar y arriesgarse a escribir algo diferente. Decidió ponerse a prueba a sí mismo. Y, a mi parecer, ha conseguido un resultado del que sentirse satisfecho.