Emprender desde el Trabajo Social como un desafío. Una apertura de miras a nuevas posibilidades. Saber de quién rodearse si emprendes en equipo. Una necesidad de la profesión de renovarse, de salir de la «zona de confort». Estas son algunas de las reflexiones, sobre la dupla Emprendimiento y Trabajo Social, que más me han llamado la atención de las volcadas por Virginia Ropero.
Continuamos con la entrevista…
Hace unos días pudisteis leer la 1ª parte de la entrevista que realicé a Virginia Ropero, trabajadora social y fundadora de Centro ADA. En ella conocimos más a fondo la experiencia emprendedora de Virginia, así como su papel dentro de este proyecto emprendedor.
Pero, en mi afán de seguir aprendiendo y reflexionando sobre Emprendimiento y Trabajo Social, también he querido que ella compartiese su opinión y reflexiones. Charlar sobre la dupla con alguien que acaba de arrancar en este camino. Y que, además, ese camino es con el factor de que es un emprendimiento en equipo.
Reflexionando sobre Emprendimiento y Trabajo Social
Dicho esto, en esta ocasión no me lío más. Aquí os dejo con sus reflexiones y opiniones al respecto:
Ahora quiero que nos centremos en lo que a tu profesión se refiere. ¿Cómo ves el panorama de emprender desde el Trabajo Social? ¿Qué barreras y apoyos has encontrado dentro y fuera de la profesión?
Siempre he visto que es un desafío. Nacimos como una profesión dedicada a lo público, a la beneficencia y a la caridad. Ahora, los que estamos pasando a la acción somos nosotros. En mi graduación, Andrés Arias (Decano de Facultad de TS en ese momento) nos dijo que éramos «los que enseñábamos a pescar, en vez de dar la caña o el pescado». Ahora pienso que podemos poner empresas de cañas de pescar, dar cursos de los tipos de pesca… ¡y lo que nos echen!
Además, todos los jóvenes y en cualquier profesión, esperamos ansiosos la llamada de alguna empresa (Asociación, Centro, Fundación,…) que nos ofrezca algo que nos sirva. Es cierto, que al salir de la carrera aceptas cualquier cosa, sea precaria, te pille lejos de casa o no te convenga especializarte en ese sector. Pero según vas creciendo, aspiras a otras metas y una de las mías era hacer Trabajo Social a mi manera.
En relación a las barreras, las que me he encontrado son de dos tipos: gente que no cree que en este país y en esta época sea bueno emprender; y Administraciones Públicas que hablan en términos que desde el Trabajo Social no entendemos. Las del segundo tipo se han visto claramente en nuestro caso, que hemos tirado un verano que no olvidaremos, yendo de organismo en organismo. Esto mientras hemos montado muebles, visitado al Ikea y planificado cómo organizarnos. Todo porque nuestra intención siempre ha sido ser un Centro transparente y completamente legal. Y ahora podemos decir que hemos superado esa barrera, pero ¿cuántas más hay que saltar?.
¿Y los apoyos? Pues lo primero es que emprender en equipo tiene un valor añadido: cuando una cae, otra la levanta. Eso sí, es clave saber de quién rodearse y yo tengo la suerte de tener a mi lado gente que suma. Además, hemos tenido ayuda añadida en todo, desde poner una bombilla, hasta decorar el centro. Incluso para acabar con muchos de los trámites burocráticos.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿cómo piensas entonces que debe ser la dupla Emprendimiento-Trabajo Social?
Entiendo esta dupla como un salto de la «Zona de Confort» a la «Zona de Desafío». La profesión debe renovarse, debe aspirar a más y debemos quitarnos ese estigma que recae sobre nosotros. Somos más creativos de lo que creemos y tenemos más vocación de la que demostramos. Y si no empezamos a ser los protagonistas del panorama social, probablemente otros volverán a decidir por nosotros.
Además, para mi es clave que siempre tengamos en cuenta que delante tenemos personas, a las que tenemos que ofrecer un servicio de calidad y una atención con calidez. En nuestro caso, personas a las que los Servicios Públicos no llegan, porque las listas de los Centros de Atención Temprana son cada vez más largas, los Equipos de Orientación cada vez funcionan con más población y con menos recursos, o la Sanidad y los Servicios Sociales no ofrecen terapias más extendidas que una cita cada cierto tiempo.
Por mi parte no tengo más preguntas. Muchas gracias por tus aportaciones y reflexiones. Si por tu parte quieres decir algo más…
Pues, con tu permiso, voy a hacer uso de este espacio para hacer varios agradecimientos.
En primer lugar a ti, por venirte a ver el proyecto y revivir conmigo momentos universitarios. Y por hacerme pensar de nuevo qué es lo que me hace levantarme cada día y luchar porque Centro ADA sea un referente.
También a Sara, Alida, Fernando y Eva, el resto del gran equipo que está detrás de Centro ADA. Gracias por ser el combustible del día a día, por hacer que este proyecto sea imparable y por compartirlo conmigo.
Por supuesto, no olvido a mi familia y amigos, por brindar para que esto salga bien. Y tenderme su mano cuando me replanteo dónde me he metido.
Por último, a todos los que cada día hacen Centro ADA: familias, amigos, pacientes, asesores y ayudantes. Gracias por seguir ahí, aconsejarnos en cada pasito, tendernos vuestra mano y cuidar de nosotros.
Espero haber hecho reflexionar, haber movido emocionalmente un poquito y haber ofrecido otra visión de lo que más me gusta. Y si queréis contactar conmigo para cualquier cosa, este es mi correo: virginia.ropero@centroada.es
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