Honestidad: según la Wikipedia, dícese «del valor de decir la verdad, ser decente, recatado, razonable, justo y honrado. Desde un punto de vista filosófico es una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo como se piensa y se siente». Y, basándome en esta definición, digo que nos falta honestidad en los negocios.
Vuelvo potente, al grano. Directo y sin contemplaciones. Con un tema bastante visceral que últimamente me remueve las tripas y el corazón. Y, desde la honestidad, me ha apetecido compartirlo. Decir lo que pienso y siento al respecto.
Lo que percibí al moverme entre empresas
Desde hace un año aproximadamente empecé a adentrarme más en el mundo de los negocios. En ese mundo de las empresas, las pymes, los autónomos… Pero más allá del ámbito social o cultural. Sobre todo, acudiendo a eventos de networking, con el fin de hacer contactos. Aunque más bien podríamos decir hacer negocios. Porque, sinceramente, por mi parte también estaba la mirada puesta en poder generar proyectos de trabajo para seguir en mi camino cómo autónomo.
Pues bien, desde el principio lo noté bastante. Quizá mi perspectiva marcadamente social me determinaba. Pero siempre percibí un halo de falta de honestidad, de que el otro con quién hablaba quería llevarme a su terreno con tretas marcadas, con estrategias estipuladas y excesivamente preparadas. Con discursos que, quién los decía, realmente no los sentía. Les faltaba emoción, les faltaba sentimiento. Y, ante todo esto, por mi parte, siempre intentaba mostrar cuál era mi realidad, sin tretas, según lo sentía en cada momento, según percibía la energía de la persona. En definitiva, siempre he intentado ser honesto.
¿Cuál es mi actitud ante este choque?
Por mi parte, cuando me enfrente a tener que vender mis servicios, a explicar que hago, cuento con honestidad cuál es mi situación. Por ejemplo, tengo el proyecto de poder realizar trabajo con equipos, en empresas, para mejorar el clima organizacional. Pero hasta ahora no he podido probarlo (de hecho, en la sección aún no aparece porque se esta terminando de perfilar). Y lo digo cuando se lo ofrezco a alguien. Sin tapujos. Porque creo que no tengo nada que ocultar. Yo confío y sé que la metodología y técnicas que yo utilizo pueden ser útiles, dar buenos resultados. Y es lo que transmito cuando lo explico.
Está claro que no puedo transmitir experiencia, ni seguridad total y absoluta. Porque no es lo que siento. Hasta que no lleve a cabo este trabajo en algunas ocasiones, no lo conseguiré. Esto, cualquier gurú de los negocios me diría que lo ocultase, que no lo contase. Que buscase la manera de persuadir al otro solo con lo positivo. Pero considero que decir claramente donde me encuentro también hace que tengamos claras las expectativas desde el principio.
Esto también se expresa con el aspecto de los años de experiencia. Parece que a la gente se le llena la boca con decir llevo tantos o cuantos años trabajando, con tales entidades. Pero creo que lo realmente interesante de las entidades es decir con quién has trabajado para que quién quiera pueda pedir referencias. Y serán ellas las que hablen por ti.
Por otra parte, la honestidad la muestro desde otro aspecto, el asumir que hay trabajos no puedo realizar. En más de una ocasión me han ofrecido realizar trabajos de animación (en vez de sesiones de cuentos) y los he rechazado porque no es lo que yo ofrezco y estoy preparado. O, recientemente, me ofrecían impartir un taller que no estaba seguro de poder llevarlo a cabo sin ver los contenidos. Porque, al fin y al cabo, no se hacer de todo. Y, si también realizo un trabajo que no se ejecutar con calidad, eso va a hacer perder “imagen de marca”.
Concluyendo…
En conclusión, que la honestidad en el ámbito de los negocios está infravalorada, desaparecida, a mi parecer. Al menos así lo he sentido yo. Y considero que, teniéndola más en cuenta, escuchando que sentimos y pensamos, y lo aderezamos con coherencia, tendremos un buen cocktail que hará más apetecible nuestros servicios, nuestros productos, nuestra marca.
[Imagen destacada: basada en «Vector Reunión de negocios con siluetas». Descargada desde Freepik]
Hola Israel,
tienes muchas razón. Pero lo que sucede es que hemos tenido demasiadas experiencias de fracaso laboral. Ya no es el «si no tienes experiencia no te contrato» sino «si no tienes experiencia ni te llamo para entrevista».
¿No crees que eso también puede afectar? A mí me pasaría. Tampoco farolear excesivamente pero sí hacer las cosas de tal manera que no te consideren inseguro e intentar lanzarte un poco aunque no tengas mucha experiencia en algo. Es que si no, se nos comen.
Abrazos 🙂
Hola Israel, debo decirte que me ha encantado tu articulo. También estoy en el ámbito social, y también como tu, estoy iniciando mi andadura empresarial. Si algo me ha retenido a hacerlo antes ha sido los prejuicios que tenía sobre este particular, justamente. La honestidad, la sinceridad, la colaboración…o la falta de todo ello. Finalmente decidí que podía ser algo distinto para mi. Una empresa con la que disfrutara y me lo pasara bien. Reconozco que en mi caso puede ser algo mas fácil porque tengo las espaldas relativamente cubiertas en el plano económico. Sin embargo, creo que no podría… LEER MÁS >