Al final, no diferenciar claramente a un cuentacuentos / narrador oral de un monitor de ocio y tiempo libre / animador acaba afectando a ambas profesiones. Porque son profesiones diferentes aunque tengan nexos en común, aunque, en ocasiones, utilicen herramientas y conocimientos la una de la otra. Pero cada profesión tiene su formación y su trabajo previo diferente y se dedica a cosas diferentes.
Un problema de terminología
Hoy vuelvo un poco con mosqueo y quizá por eso he decidido a escribir sobre el tema. Encontrarse con una nueva oferta en la que se confunde a dos profesiones que yo mismo tengo me resulta frustrante. Y es que hoy , de pronto, he descubierto una oferta de trabajo en Madrid para un puesto de “Monitor de Storytelling” (vía Twitter AEDA). Pero, viendo los requisitos, es más una oferta de Monitor de ocio y tiempo libre (aclarar que, storytelling es la palabra inglesa de donde viene la denominación de cuentacuentos).
Este tema me toca de lleno, como decía, por ser profesional en ambos campos. Llevo más de 7 años como Monitor de ocio y tiempo libre, con mi formación, con mi experiencia en varios tipos de actividades de ocio. Y, también me considero un semi-profesional (en proceso de profesionalización) de la Narración Oral, con más de 2 años de formación a las espaldas y 9 meses de experiencia (contando habitualmente). Por ello considero que puedo hablar con cierto fundamento para aclarar porque una oferta como la comentada no es positiva para ninguna de las dos profesiones.
¿En que se diferencian?
Primero aclarar las que considero son las diferencias. Las actividades de ocio y tiempo libre son aquellas en las que se ocupa un espacio de tiempo libre (valga la redundancia) y llevan una preparación. Su objetivo es divertir, entretener, sin olvidarse por supuesto de otros objetivos más educativos por el potencial que tiene un aprendizaje bajo metodologías ludicas y participativas. Para ello se pueden utilizar canciones, juegos, manualidades… e incluso los cuentos. Teniendo esto como referencia los requisitos para la oferta (donde piden ser maestro, pedagogo, educador y realizar canciones, cuentacuentos y manualidades. No entro a valorar lo de inglés) son puros, a mi entender, de un monitor. Hasta ahí todo bien, porque la oferta habla de “Monitor”.
El problema surge cuando hablan de “Monitor de Storytelling”. Esto sería ser un “monitor de cuentacuentos”. Pero claro, si quieren eso lo oportuno sería solicitar alguien con conocimientos y experiencia en ese ámbito. Alguien para el que contar cuentos sea su profesión habitual (por encima de ser maestro, pedagogo o educador). ¿O es que solo los maestros pedagogos, maestros y educadores se dedican y saben contar cuentos? Puedo asegurar que conozco varios profesionales que son trabajadores sociales como yo. O incluso habrá algunos que no tengan porque tener una formación reglada. Para ser un cuentacuentos, un narrador oral, hace falta formación específica en ese campo. Una formación que toca ciertos puntos importantes y concretos de ella, como bien explicaban en AEDA en un artículo recientemente.
Cabe decir también, que aquel que se dedica a contar cuentos yo le considero un artista. Sí, porque la Narración Oral es un arte escénica más. Con un trabajo previo similar y que puede poner recursos de otras artes escénicas a su disposición. Pero puede, incluso utilizar recursos de un monitor de ocio (porque incluya participación con canción o algun “juego” con el público en una sesión de cuentos). Pero su objetivo será contar los cuentos, las historias. Su objetivo será que prevalezca lo que se cuenta. Por supuesto, añadir que no se reniega el poder educativo del cuento por los mensajes que tienen. Pero, como ya indiqué en un post el pasado junio, está por encima lo que se cuenta del mensaje.
Concluyendo…
Por último, explicar porque considero que estas confusiones e “intromisiones” denigran ambas profesiones. El principal, estamos liando al resto de la población y luego pasan hechos como lo de “los cuentacuentos son solo para niños” o «sirven para entretener a los niños». El segundo, que pierde prestigio y valor todo el trabajo previo que ambas labores conllevan. Puedo asegurar por experiencia que preparar una actividad de ocio conlleva un trabajo previo tan arduo como el de preparar un cuento… simplemente diferente. Y, en general, esta labor de trabajo previo es poco reconocida, pues con estas confusiones se fomenta aún más. Además, claro está, que acaba perdiendo valor el contar cuentos porque parece que lo puede hacer cualquiera con cuatro nociones (no digo que lo haga mal y que tenga mala intención, pero sin quererlo afecta), al igual que cualquiera puede organizar un taller de manualidades o unos juegos (y no todos los narradores tienen porque saber hacer esto).
Ya solo me queda decir que todo esto lo hablo desde la posición de un monitor veterano y un narrador oral novato, que no pretendo dictar sentencia sobre qué es y que no es cada cosa. Tan solo aportar mi particular visión y apoyar en intentar que reflexionemos juntos sobre este asunto para mejorar ambas profesiones.
[Imagen destacada: Inés Bengoa]
P.D. 1 Desde aquí mostrar mi respeto a la empresa IDRA Socioeducativo. Pero comentar que se ha recibido respuesta ante el envío por mail de quejas de varios profesionales de la narración, y esta me ha generado mayor mosqueo. Comentan en la respuesta que “llevaríais razón si estuviéramos haciendo solo cuentacuentos pero no es el caso , simplemente hemos denominado a una actividad EXTRAESCOLAR storytelling”. Además, como razones del porque de definirla así comentan: “3. Porque nos pareció interesante ofrecer la actividad con el nombre de storytelling; 4. La actividad comprende PLASTICA, MUSICA, JUEGOS, MANUALIDADES, PSICOMOTRICIDAD, EXPRESION CORPORAL, ETC…”. Por último, comentan lo siguiente: “recuerda es una actividad EXTRAESCOLAR QUE DEBE COMPLEMENTAR LA FORMACION DE LOS ALUMNOS EN EL CENTRO, SOLAMENTE ESO. Y nosotros como profesionales de la educacion durante 10 años,tenemos que ir a la vanguardia de las actividades extraescolares….”
Ante estas declaraciones solo me queda decir que como pueden considerarse profesionales del ocio y tiempo libre y la educación y hacer estas cosas. Dicen que solamente es una actividad extraescolar que complementa la formación… ¡como si fuera poco!. O como si la narración oral no pudiera serlo… Y respecto al nombre, aceptan que no se centra en contar pero le denominan así. Desde aquí les digo que hay mil nombres que se pueden utilizar, más coherentes con lo que proponen. Yo mismo estuve trabajando un curso escolar (con otra empresa) de «Monitor de actividades artísticas y recreativas» para más o menos lo que están planteando. ¿Porque no pueden llamarla así? ¿porqué «engañan” y confunden con el término? ¿por vender más? En resumen, por el marketing y el capitalismo cualquier cosa es prostituible, en este caso un término que respeta tanto la palabra dicha como el “storytelling”.
P.D. 2 Aunque al principio hablaba de Animador también, me he centrado en Monitor de Ocio. Lo de los cuentacuentos que son animaciones casi dan para otro post y hay otras diferencias (similares, pero no iguales).