Dos años después seguimos gritando el mítico «si se puede». Y dos años después se me siguen poniendo los pelos de punta al vivir este grito y recordar aquellos inicios. Dos años después de que surgiese el 15M. Dos años después volvimos ayer a gritar en la Puerta del Sol, volvimos a casa. Es cierto que en este segundo aniversario hemos sido menos que el año anterior, pero eso no quita que sigamos orgullosos de lo que significó para muchas personas, como yo, ese despertar colectivo.
Hoy os hablo desde el corazón, no sin intentar poner un poco de razón. Pero es que el 15M es más sentimiento que ideas. Y, como bien he escuchado decir, en más de una ocasión, a Patri Horrillo (creo que en base a algo dicho por Jose Luis Sampedro), me gusta decir que soy «15mayista». Porque, es más algo que nos representa como personas (curiosa ironía lingüistica), por los valores que lleva detrás. Y no es tanto un grupo o colectivo al que estamos afiliados. De hecho, por mucho que se empeñen muchos, no es como un partido político que necesita de carnet para certificar que perteneces.
Mi propia experiencia con el 15M es más que llamativa. Reconozco, sin tapujos, que hasta ese momento no era una persona demasiado activista (no fui a la manifestación que dio inicio a la acampada). Si era crítico con el sistema (de hecho, mi madre siempre dice que algunas cosas que se dicen y protestan ahora yo las defendía años antes), intentaba hacer acción política, pero con alternativas plasmadas en proyectos o acciones, más que «protestar por protestar». Pero lo vivido en mayo de 2011 dio un giro en mí, y entonces empecé a salir a la calle no a protestar, sino a luchar. Porque, descubrí que manifestaciones, concentraciones y demás acciones más puramente sentimentales, eran muy validas y necesarias para gritar basta, hasta aquí hemos llegado, queremos que se nos escuche.
Si tuviera que decir que fue lo que me enganchó fue justo lo comentado antes, ver y vivir una alternativa. La acampada fue, en base, eso mismo, demostrar que existía una alternativa de sistema para vivir. No consistía en entrar en debates largos y tediosos (esos luego vendrían) sobre que ideas y valores se defiende, sino que se cundía con el ejemplo. Y así, la solidaridad, el asamblearismo, la justicia, el cariño, la igualdad, la aceptación… estaban presentes en Acampada Sol y en cada acampada que se instaló en España. Y cualquiera que quisiera pasar a vivirlo, podría comprobarlo por sí mismo.
Es cierto que este hecho provocó grandes enemigos… y los sigue provocando. Porque siempre saldrá la pregunta de ¿qué ha hecho el 15M? Ya he dicho una de las cosas, ha cundido con el ejemplo. Por ejemplo, como bien indica Alvaro Pielago (@soplodepalabras) en su blog, ha mostrado mucho respeto al resto de luchas, incluso apoyándolas en la mayoría de casos. Pero, para mí, ha habido algo realmente importante (que ayer mismo lo declaré a un miembro de Radio Almenara que cubría la manifestación).
Considero que el 15M fue un despertar colectivo de la conciencia política de las personas y dio un impulso de energía a la lucha social. Con el 15M, unidos por el sentimiento de indignación, muchas personas nos dimos cuenta que no estábamos solos y del poder de estar juntos en la lucha. Así, el 15M ha conseguido despertar en mucha gente su conciencia más política. Ha conseguido que las conversaciones donde sale el tema no se desvíen, sino que se profundice. Ha conseguido que muchas luchas o proyectos surgieran o se visibilizasen más, como la de la PAH o las distintas mareas. Ha conseguido que la gente muestre, sin tapujos, que apoya muchas de estas luchas, sin tener miedo a ser llamados antisistema. Ha conseguido que mucha gente vuelva a creer en el asamblearismo. Ha conseguido que, como ayer se demostró, los sentimientos nos sirven para unirnos en la lucha social, porque es lo más básico y común de todas las personas.
Dos años después, la manifestación de ayer me demostró que estamos más que orgullosos de lo caminado juntos (fue emocionante vivirlo, lo poco que pude, con mis compis de Asamblea Leganés 15M). Que aún seguimos teniendo un muy buen recuerdo de lo vivido en la Puerta del Sol en 2011. Que aún nos siguen poniendo los pelos de punta muchos momentos, como «escuchar» un «Grito Mudo» y los cánticos al unísono posteriores. Que aún, dos años después del «Dormíamos, despertamos», seguimos despiertos y en las calles.
P.D. 1 Crónica en 20 minutos, donde aparece mí vídeo del Grito Mudo de ayer.
P.D. 2 Buen artículo por el 2º aniversario de @fanetin (utilizando un texto de @patrihorrillo).
Os voy a dejar una palabra que os va a encantar: MARXISMO… Ahora le daís ahí a la cabeza y después me decís si se esta realizando bien o mal esta lucha contra EL CAPITAL… Saludos.