Ayer volví a las andadas por este mundo bloguero tras el parón de un par de semanas. Como decía tenía una buena excusa, mi «Semana del Libro», con los cuentos como protagonistas, ha ocupado la mayoría de mi tiempo. Y bueno, como todavía no estoy ducho en esto de programar entradas pues no pude publicar. Pero esto me ha servido de excusa para compartir con vosotros lo que he vivido y como lo he vivido.
Hoy ya entramos en la que puede considerarse «Semana del Libro». El 23 de abril, el Día del Libro, fue un día muy especial. Jamás lo había celebrado con tanta intensidad y siempre guardaré un buen recuerdo. Se podría decir que es mi primera vez que lo celebro de verdad, totalmente, por todo lo alto. Y espero que haya muchos más así en el futuro.
Todo comenzó a primera hora de la tarde. Hice mi debut contando en un colegio. Nunca antes lo había hecho y era todo un reto. Dos sesiones me esperaban, una para 4 – 7 años y otra para 8 – 12 años. Fueron casi 2 horas de cuentos que dieron mucho de sí, para estrenar cuentos infantiles con público, para probar por primera vez algunas ideas, para ver cómo funcionaban… Ambas sesiones fueron bastante bien y acabé bastante satisfecho. Para ser mi primera vez había conseguido que funcionasen muchos cuentos. Por supuesto algunas cosillas a pulir, pero esto es un buen comienzo que da energía para continuar.
Después me marché a La Infinito. Por la tarde contaban Mónika Pascual y Balandis Cuentacuentos una sesión infantil. Había pocos niños, pero estuvimos algunos adultos disfrutando igualmente. Conocía lo bien que cuentan ambas narradoras, pero me encantó comprobar el buen pack que forman. Espero sigan teniendo oportunidad de contar juntas.
Después de esta sesión, tocaba el plato fuerte, Maratón de Cuentos por La Noche de los Libros. Abrimos la maratón los miembros de Sin Venir a Cuento que acudimos (a la vez como parte de «Yo te cuento Nuevos Narradores», de La Escuela de Cuentacuentos), continuaron más narradores de la escuela y cerró el grupo nuestra formadora, Victoria Siedlecki. Después vinieron 3 narradores más y un par historias leídas. Fueron, en total, casi 2 horas y media de cuentos. Y todo esto con el local a reventar, gente incluso en la calle escuchando (como podían) desde las ventanas. Todo un éxito para este espacio en el que los cuentos tienen mucho protagonismo, por lo que espero que tenga mucho futuro.
El jueves continuamos con la marcha. Era un gran día para mi formadora/mentora como narrador. La tengo mucho aprecio y por eso quería compartir ese día con ella. Victoria Siedlecki cerraba la 4ª temporada de su espectáculo «Relatos Eróticos» (y de momento no hay fecha de retorno). 4 años en cartel en Madrid (en La Escalera de Jacob, el Café Teatro Arenal y Teatro Arlequín) es todo un hito para un espectáculo de narración oral. Y más estar en un teatro situado junto a la Gran Vía (el Teatro Arlequín) durante 2 temporadas. Tal es el éxito, que la Revista Godot publicó un artículo especial en su web, recogiendo opiniones de narradores, actores y actrices que lo han visto.
El viernes suma y sigue. Tocaba velada del seminario de Escritura Creativa que he estado realizando durante marzo y abril, con Juan Expósito, en El Ladrón de Patinetes. Habíamos trabajado la escena teatral, el microrrelato y el monologo y hacíamos una muestra de todas las escenas escritas, algunos microrrelatos y los monólogos. Fue una velada de risas y emocionante, sobre todo para los autores de los textos, porque servía para ver el fruto del trabajo realizado, para ver que funcionaba y gustaba lo que habíamos creado. Y todo esto me ha animado a seguir escribiendo, sobre todo relatos y microrrelatos.
Para acabar la semana, un fin de semana completo. El sábado tocaba contar «Cuentos para una revolución» con mi compañía Sin Venir a Cuento. Una sesión de las que te dan tablas. Poco público, pero muy familiar (todos amigos y familia) y eso facilito mucho las cosas.
El domingo, cierre de mi «Semana del Libro», con día completo de cuentos. Por la mañana, estrené mi propia sesión infantil/familiar, «Cuentos del revés», en La Libre de Barrio. Me estrené contando en solitario para este público y con esta sesión (ya había probado los cuentos el martes, pero el ambiente es diferente). Una sesión con la que disfruté y, en general, el público también disfruto (así me lo hicieron llegar varias personas). Seguro que hay cosas a mejorar, no lo dudo, pero tuvo un buen estreno y esto me anima a moverla para seguir contándola.
Por la tarde, una sesión privada para un cumpleaños. Una sesión dura con más adultos que niños, pero en la que muchos de los adultos tenían ganas de jugar igualmente. Eso facilito mucho las cosas e hizo que los cuentos funcionasen mínimamente.
Para acabar por todo lo alto, tocó visitar de nuevo La Hora Léptica, con la sección «Viniendo a cuento». Estuve hablando del cuarto género narrativo, el microrrelato. Y también conté uno (de autoría propia) que había escrito hace tiempo, pero retocado en el curso de escritura que comenté anteriormente.
Y aquí acaban estas dos semanas intensas. Me apetecía compartir con vosotros todo lo que me ha ocurrido en estos días de parón bloguero, que me han hecho sentir mi vivo y feliz en muchos momentos. Y, de las que espero sean el inicio de una larga historia, en las que el cuento sea el hilo conductor.