Existen 3 aspectos relacionales en la Comunicación Oral que influyen en la eficacia de la comunicación. 3 aspectos que hemos de tener en cuenta si queremos que nuestro mensaje llegue al receptor. Porque cuando nuestras palabras viajan por el espacio hacía los oídos del oyente o público, hay 3 ítems que se activan o nosotros podemos poner en juego a nuestro favor.
¿A que me refiero con aspectos relacionales?
En mi anterior post hablaba de los 5 elementos internos de la Comunicación Oral. Pero, también mencionaba que había llegado a una separación entre elementos internos y externos de todo acto comunicativo. Pues, después de tratar los primeros, me resultaba oportuno entrar en detalle en los segundos.
Los aspectos externos entran en juego gracias a la presencia del oyente, el público. Por ello, surgen cuando se produce la comunicación como tal, y nunca previamente. Es decir, estos aspectos surgen desde lo relacional de la Comunicación Oral, desde lo que vincula a emisor y receptor.
Cabe aclarar que, aunque sean aspectos que están condicionados por la relación emisor – receptor, es en el emisor en quién influyen y pueden cambiar su comunicación. Por ello, al igual que los elementos internos, los aspectos externos o relacionales también se pueden entrenar, trabajar y mejorar, para que nuestra comunicación sea más efectiva, eficiente y cumpla los objetivos.
Los 3 aspectos relacionales
GESTIÓN EMOCIONAL
La principal dificultad con la que nos encontramos en las situaciones de comunicación oral “comprometida” (sobre todo hablar en público) es la gestión de las emociones. Durante todo nuestro proceso educativo, la Comunicación Oral no se trabaja. O al menos de una manera correcta. Porque los momentos en los que podríamos considerar que si, nos suele generar tensión y nervios. Y, a cada nueva experiencia, se acumulan y aumentan, formando una bola difícil de deshacer.
Ante esto, yo siempre planteo un hecho: las emociones siempre han de estar presentes en nuestra comunicación. Tanto las positivas como las negativas. Tanto las que nos impulsan como las que nos bloquean. No hay que intentar eliminarlas, olvidarlas o pasarlas por alto. Lo único que tenemos que hacer es aceptarlas y manejarlas, para ponerlas siempre a nuestro favor.
En el caso de los nervios comentados al inicio, para mí, no son más que energía. Así que, como dicen que la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, yo propongo convertirlos en disfrute, en ganas de compartir y contar. Y desde ahí, ir acumulando experiencias positivas que, poco a poco, deshagan esa bola que nos genera grandes bloqueos.
ESTRUCTURA DE LA ORALIDAD
Este aspecto es el que más confusión suele generar porque estamos acostumbrados a aprender a escribir, redactar. Pero, la estructura de la escritura no funciona en la comunicación oral, al no tener en cuenta con un ítem indispensable: lo dicho ocurre justo en el momento, aquí y ahora. Y, una vez dicho, nunca será igual y no «podemos volver atrás».
Esta estructura de oralidad tiene una gran relación con la tradición oral, con cómo se contaban (y se cuentan) los cuentos. De hecho, la formación sobre el arte de la Narración Oral es algo más que recomendable (el famoso Storytelling «de ventas» se apoya en este) . Así como recomiendo un libro de teoría sobre ello: «La Narración fractal» (Autor: Hector Urién – Editorial: Palabras del Candil).
Decir que la oralidad funciona también con introducción – nudo – deselance (como en el texto escrito, aunque se denomine de otra forma). Lo único que hay que hacer como decían en un artículo de El País: «No lo expliques, cuéntalo». Así, es recomendable contar una pequeña historia o poner algún ejemplo para “explicar” ciertos hechos, elementos o información de nuestro mensaje.
Como ejemplo de esto, nos sirve «Las Mil y Una Noches», dónde se cuenta una historia, pero durante el nudo se cuentan 1001 historias para contar como va cambiando la relación de los protagonistas (Sherezade y el Sultan Shahriar).
Por último, lo relativo a la preparación del «texto». No niego que esta deba existir, pero no desde una escritura pura. Lo principal es pensar cuál es el mensaje (¿qué queremos contar?). Desde ahí, marcar las ideas clave que queremos decir, que nos ayudarán a desarrollar la «historia» para que, al final, el mensaje quede claro.
Para conseguir esto, 2 tareas recomendables: primera, realizar esquemas (tipo los utilizados para estudiar), en los que incluyamos «niveles de información» (más a la derecha, mayor profundidad y detalle). Y, segunda, preferible crearlo desde la propia oralidad, contándoselo a alguien («ensayando» y contrastando si ha quedado claro el mensaje).
IMPROVISACIÓN Y CREATIVIDAD
Admito de inicio que este es un aspecto realmente complejo. Pero creo firmemente en que todas las personas tienen esta capacidad. Sino, simplemente recordemos momentos de la infancia en la que éramos capaces de hablar «idiomas inventados». O crear nuevos juegos o imaginarnos mundos «paralelos» en los que jugar con los amigos. Y, aunque creamos que la hemos perdido, siempre se puede entrenar para mejorarla (y recuperarla).
Con respecto a la improvisación, este aspecto se activa en el momento que comienza la Comunicación Oral. Si es una conversación, nunca sabes realmente lo que la otra persona va a decir, preguntar, comentar… Aunque esto no quita que tú puedas tener un cierto guión preparado (pero como mencionaba anteriormente).
Si por el contrario, es una situación de hablar en público (dónde supuestamente «no hay interacción») también hemos de tenerla presente: para adaptar ciertos mensajes al público (si no lo conocíamos previamente), teniendo en cuenta las interrupciones (suena un móvil, alguien entra en el lugar…) o jugando con ciertas interacciones que percibimos en el público (una risa, una mirada de duda…).
En relación a la creatividad, este aspecto es más previo que «in situ» (aunque también nutre a la improvisación). La principal idea para regir y alimentar la creatividad es pensar que siempre hay algo nuevo por descubrir, alimentar nuestra curiosidad. Y enfocar la labor desde nuestros intereses que más nos motivan (por ejemplo, si eres muy analista, desarrolla tu «texto» desde analizar cada detalle al máximo).
En conclusión, 5 ideas clave
Con todo lo comentado de manera detallada, me resulta oportuno lanzar 5 ideas clave a modo de resumen. Por cada aspecto, una idea que concreta el mensaje. Así, se establecen 3 consejos que puedes tener siempre presente cuando quieras trabajar sobre ello. Y, además, otras 2 ideas más generales de los aspectos relacionales:
- Disfruta el momento, vence el miedo y transforma los nervios. Piensa que siempre hay situaciones peores.
- Recuerda que la oralidad utiliza una estructura diferente a la de la escritura. Confía en tu capacidad de decir.
- Déjate jugar, no tengas vergüenza ni sentido del ridículo. El juego siempre es positivo, nos pone a favor del disfrute.
- Los 3 aspectos se relacionan entre sí. Cuanto más unida esté la triada, mejor será la relación con el oyente.
- Estate siempre alerta del feedback de tu receptor. Aprovecha todo lo que vaya a favor de tu mensaje.
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